Si queremos narrar la historia que Bell & Ross quiere contar con su nuevo BR 03-92 MA-1 hay que retrotraerse a mediados de los cincuenta. Fue entonces cuando se presentó la MA-1, una cazadora de vuelo que abrigaba a los pilotos y al personal de tierra de las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos y de la Armada. Diseñada para ser útil a temperaturas de entre -10 y 10 grados, lucía un cuello de punto de lana, cinturilla y puños. La MA-1, fabricada en nailon, sustituyó a los abultados chaquetones de cuero con forro polar y descartó el cuello de piel de mouton de su antecesora, la B-15, porque interfería con el arnés del paracaídas. Además, la MA-1 era reversible, y su forro naranja brillante servía como señal luminosa cuando algún piloto abatido esperaba el rescate.

Esta zamarra se popularizó después, en los setenta. Y en Bell & Ross han querido rescatarla del olvido y tomarla como referencia para alumbrar el BR 03-92 MA-1, un modelo de piloto que mantiene las claves de los relojes de la firma: forma cuadrada, prácticos y robustos, como los aparatos de la cabina en los que se inspiró para su colección Instruments de 2005.

AL DETALLE

El reloj, limitado a 999 ejemplares, lleva por chaqueta una cerámica ligera de color caqui oscuro. La esfera, de tipo sándwich (formada por dos placas metálicas superpuestas), revela en el hueco recortado de los números y los índices de la placa superior el color naranja luminiscente de la capa de abajo. La combinación de tonos naranjas y caquis siempre ha estado vinculada al ejército, y el primero se sigue utilizando para resaltar los controles más cruciales de las cabinas de los pilotos. Es también la composición elegida para la correa de piel de becerro del BR 03-92 MA-1, que lleva un forro naranja reversible y se acompaña de otra de tela sintética. Su caja de 42 mm de diámetro alberga un movimiento mecánico automático, el calibre BR-CAL.302.

[jwp-video n=”1″]