Mientras que la industria relojera creció un 6,3% en 2018, según la FH, un informe sobre el sector del banco de inversión Morgan Stanley y la consultora suiza LuxeConsult estima que el crecimiento de las mayores marcas se aproxima al 9%. Son aquellas cuyo volumen de ventas superó los 1.000 millones de francos suizos el año pasado.
A estos siete magníficos (Rolex, Omega, Cartier, Longines, Patek Philippe, Tissot y Audemars Piguet), con un amplio posicionamiento de precios, les va mejor que a sus competidores más pequeños. Ocurre también dentro de las multinacionales. Por ejemplo, de las 19 marcas del Grupo Swatch, los tres productos más vendidos (Omega, Longines y Tissot) representan el 60% de la facturación total y una proporción aún mayor de sus ganancias.
Además, las firmas de capital privado también superaron significativamente al resto, con Rolex, Patek Philippe y Audemars Piguet registrando en 2018 las mejores ventas y ganancias de su historia. Según el informe, es un reflejo de su posicionamiento como marcas de alta gama, con un precio medio minorista (sin IVA) que parte de los 12.200 francos suizos de Rolex a los 50.000 de Audemars Piguet, los 53.300 de Patek Philippe y los 139.000 de Richard Mille, cuyas ventas crecieron un 15% el año pasado.
Las cifras de la FH muestran que los únicos segmentos que registraron un crecimiento en 2018 fueron los relojes suizos con un precio de fábrica de entre 500 francos y 3.000, y los de a partir de 3.000 y más, que ganaron un 7% y un 7,3%, respectivamente.
Además, Morgan Stanley cita otras razones para este desempeño superior: la integración vertical, la gestión a largo plazo, la tolerancia cero ante las prácticas del mercado gris, los pequeños aumentos anuales en sus volúmenes de producción y una selección rigurosa de sus puntos de venta.