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A Rolex le fascinan los deportes. Está presente en muchos de ellos: hípica, Fórmula 1, tenis, golf… Y no solo en tierra firme. Desde 1950 vive un idilio con el mar, un medio en el que ha creado alianzas con los clubes náuticos más prestigiosos y ha visto mundo (marino) gracias a las muñecas de deportistas, navegantes y aventureros que han perseguido nobles hazañas en solitario.
¿Por qué es necesaria la compañía de un reloj en alta mar? Su misión es fundamental. De hecho, la supervivencia depende mucho de la precision de los cronómetros de a bordo. Hay que saber la hora exacta para calcular la longitud, que, combinada con la latitud, facilita la posición del barco sobre la Tierra.
UN POCO DE HISTORIA
Hasta principios del siglo XX, los relojes de gran formato eran los únicos instrumentos eficaces para navegar. Pero Hans Wilsdorf, el fundador de Rolex, contribuyó a que el reloj de pulsera, que consideraba el futuro de la relojería, realizara las mismas funciones que aquellos. Con él todo cambió. Empezó a hacerlo en 1910, cuando un reloj de pulsera Rolex obtuvo el certificado de cronómetro por parte del organismo de control de la marcha de los relojes de Bienne (Suiza). Fue el primero que se le daba a un instrumento de pulsera. En 1914, el Observatorio de Kew (Inglaterra) concedió un certificado de clase A (el más prestigioso, que se solía reservar a los cronómetros de marina) a un ejemplar portátil de Rolex. Así se demostró que su precisión era óptima para la navegación.
Pero, ¿eran lo suficientemente herméticos? Hubo que esperar hasta 1926 para que Wilsdorf inventara la caja Oyster, resistente al agua gracias a un sistema patentado de bisel, corona y fondo enroscados. Esta creación, seguida de la cuerda automática por rotor Perpetual en 1931, revolucionó el reloj de pulsera. Y Rolex pasó de un emplazamiento fijo en las embarcaciones a colocarse en la muñeca del capitán.
Fue el comienzo de la historia de Rolex ligada al mar. El siguiente capítulo de su trayectoria marina llegó de la mano de Sir Francis Chichester, el primer hombre que navegó en vela en solitario alrededor del mundo de oeste a este entre 1966 y 1967. Lo hizo con un reloj Oyster Perpetual en la muñeca. Y tanto Chichester como el Rolex resistieron a los embates del océano y del viento.
También el navegante y escritor francés Bernard Moitessier tomó la salida de la Sunday Times Golden Globe Race, la primera regata alrededor del mundo en solitario y sin escalas, acompañado de un Rolex GMT-Master. Al final decidió renunciar a surcar el Atlántico y continuar hacia las islas del Pacífico, arribando a Tahití tras 300 días en el mar y 37.455 millas náuticas recorridas, la navegación en solitario más larga de la historia en términos de distancia.
DE VUELTA AL PRESENTE
Hoy, Rolex está asociado con el astillero finlandés Nautor’s Swan, fabricante de embarcaciones muy competitivas, desde hace más de treinta años, y también con una docena de clubes náuticos desde 1958, cuando se unió al New York Yacht Club, fundador de la Copa América. La marca contribuye al éxito de cada regata organizada por estas instituciones: la Rolex Sydney Hobart Yacht Race, del Cruising Yacht Club of Australia, en Sidney, la Rolex Fastnet Race, del Royal Ocean Racing Club de Londres, y un largo etcétera.
Este año, Rolex ha reforzado sus vínculos con la vela, convirtiéndose en Presenting Partner y Reloj Oficial de SailGP, una nueva competición internacional que se desarrolla en varias etapas a lo largo de un año y que enfrenta a catamaranes monotipo con foils (los apéndices que permiten volar a los barcos) y de vela rígida.
La relación de Rolex con el medio marino no queda ahí. En 1992, la firma lanzó una familia de relojes deportivos pensada para los navegantes. Es la Yacht-Master, y sus miembros están fabricados en acero Oystersteel, en versión Rolesium (una combinación de acero Oystersteel y platino 950), Rolesor Everose (acero Oystersteel y oro Everose de 18 quilates) y oro blanco de 18 quilates.
A esta línea se le acaba de sumar el Oyster Perpetual Yacht-Master 42 que, como el resto de la familia, muestra un bisel giratorio bidireccional graduado con 60 minutos en relieve y disco de cerámica negra mate. La caja Oyster de oro blanco de 18 quilates (es la primera vez que un Yacht-Master lo luce) esconde el Calibre 3235, otra novedad. Este movimiento mecánico de cuerda automática posee una reserva de marcha de unas 70 horas. Sumergible hasta 100 metros, es la culminación de la vida de Rolex en el mar.