Tudor ha puesto una pica en España. La marca relojera, propiedad de Rolex, ha elegido Barcelona para establecer su primera tienda en el país, por el gran número de turistas que acoge la ciudad (15,6 millones en 2023) y porque albergará entre los próximos agosto y octubre la Louis Vuitton 37ª America’s Cup, en la que participa el equipo de vela patrocinado por Tudor, el suizo Alinghi Red Bull Racing.
Después de algo más de un año buscando localización, aterriza en el Paseo de Gracia, la avenida del lujo barcelonés, de la mano del distribuidor Joyería Rabat, que también abrió allí a finales del año pasado una boutique de marca Hublot, y que paga el alquiler de la nueva de Tudor, que hace esquina con la calle Consell de Cent.
Hasta ahora, la forma que tenía Tudor de presentarse a los españoles era a través de minoristas y de espacios de venta independientes ubicados en tiendas, como el que acaba de instalar en la Joyería Grau, su distribuidor oficial en la capital catalana, junto con Rabat. Pero la firma se halla en plena expansión en el mundo (cuenta con 250 boutiques y unos 1.100 puntos de venta hoy), siguiendo una estrategia de apertura de tiendas propias y de shop in shop. Es muy probable que su siguiente hito en España sea contar con un establecimiento propio en Madrid, si bien los responsables de la marca en el mercado, con Juan Arteta a la cabeza, no confirman ni desmienten esta posibilidad.
La superficie de este local a pocos pasos de la Casa Batlló de Gaudí, que antes ocuparon las enseñas joyeras Cartier, Aristocrazy y Suárez, suma 80 metros cuadrados. Su interior, decorado con los colores corporativos rojo y negro de Tudor, es diáfano, y dispone de expositores de relojes (cuyos precios oscilan entre 1.900 y 32.500 euros), de una barra de bar y de un rincón experiencial. En este último se ha colocado una bicicleta del ciclista alemán Hannes Wilksch, del equipo profesional Tudor Pro Cycling Team, conectada a una pantalla, para recrear la sensación de subir o bajar un puerto de montaña pedaleando. Este mini espacio irá cambiando sus experiencias cada cierto tiempo.
Toda la colección de Tudor, fundada por Hans Wilsdorf en 1946 para fabricar relojes con la calidad de Rolex pero a un precio más asequible, está ya expuesta en esta tienda cuyo bello exterior, con tres columnas de capiteles jónicos, conserva elementos originales de una antigua farmacia. Allí se despacharán los ejemplares mecánicos Black Bay, Pelagos 1926, Royal y Clair de Rose.
Uno de los primeros en visitar el lugar ayer fue el exfutbolista británico David Beckham, embajador de Tudor desde 2017, quien derrochó simpatía en el evento de inauguración y desveló cuál es su reloj preferido de la firma: “Siempre he sido un gran fan del Pelagos; recurro a él porque es perfecto para salir por la noche o para entrenar”, dijo. De hecho, lució el Pelagos FXD Chrono Edición Alinghi Red Bull Racing, con una caja fabricada con un compuesto de carbono, titanio y acero para encarnar los materiales empleados en la regata más longeva de la historia, la Copa del América.
Ana Franco