Once maletines con relojes MoonSwatch han cambiado de manos por más de medio millón de francos suizos (559.860 euros) en una subasta online en Sotheby’s que se desarrolló entre el 12 y el 24 de febrero. El precio más alto pagado por uno de los estuches fue de 63.840 euros, y el más bajo, de 39.900. Según señala la marca relojera Omega en un comunicado, la cantidad recaudada ha ido a parar íntegramente a la organización benéfica Orbis International, que lucha contra la ceguera evitable y las pérdidas de visión en todo el mundo, y con la que la compañía colabora desde 2011.
Cada maletín contenía once cronógrafos MoonSwatch Moonshine Gold, fruto de una alianza entre Omega y Swatch, ambas pertenecientes al grupo relojero suizo Swatch, y era la primera vez que se ofrecían en conjunto en un envoltorio especial. Fabricados en Bioceramic (un material que mezcla dos tercios de cerámica y un tercio de plástico de origen biológico), los relojes eran versiones de los MoonSwatch, que revolucionaron el mercado cuando aparecieron en marzo de 2022, porque pusieron al alcance de muchos clientes un diseño icónico, el del ejemplar de lujo Speedmaster de Omega, por 260 euros.
Los MoonSwatch de cuarzo, cuya estética se inspira en el espacio y los planetas, se versionaron después en la colección Mission to Moonshine Gold, con un precio algo superior al del resto (285 euros). Los once, de 42 mm de diámetro y 13,25 mm de grosor, se fueron lanzando con cada luna nueva de 2023, y presentaban un detalle diferente en su segundero, recubierto con oro Moonshine, una aleación de oro amarillo de 18 quilates creada por Omega que aporta un tono más pálido que el del oro amarillo natural. Además, cada aguja revelaba detalles distintivos, como el motivo de fresas del modelo Strawberry Moon de julio y el de flores del Flower Moon de mayo.
Antes de que concluyera la subasta, los amantes de estas exitosas piezas pudieron ver los maletines en once tiendas Omega de todo el mundo: Zúrich, Tokio, Bangkok, Singapur, Hong Kong, Pekín, Nueva York, Londres, Milán, París y Sídney. Sus nuevos dueños ya disfrutan de ellas.