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Hublot empieza con fuerza el año entregando los relojes más innovadores

La firma suiza sigue marcando el futuro de la alta relojería con modelos como el vanguardista MP-10 Tourbillon Weight Energy System Titanium, que ha destacado entre sus muchas novedades.

Hace seis años, en la era prepandémica, los ingenieros y diseñadores de la relojera suiza Hublot comenzaron a urdir la idea de fabricar un reloj sin agujas, sin esfera y sin masa oscilante, reventando los principios clásicos de la alta relojería. Hoy tenemos el resultado de ese experimento: se llama MP-10 Tourbillon Weight Energy System Titanium y se acaba de presentar en Miami (Estados Unidos), en el marco de la LVMH Watch Week, en la que las firmas relojeras del grupo del lujo LVMH (Bvlgari, Zenith, Hublot, Gérald Genta, Daniel Roth y TAG Heuer) han mostrado sus novedades.

Este instrumento iconoclasta para medir el tiempo sucede a los siete relojes que Hublot ha aportado desde 2011 a su línea MP (siglas de manufacture piece o pieza de manufactura), la más extrema de la casa. El último de ellos, el MP-15 Takashi Murakami Tourbillon Sapphire, el primer Hublot con tourbillon volante central, vio la luz el pasado noviembre. Y, como el resto de MP, es un modelo de edición limitada pensado para coleccionistas millonarios, pues su precio asciende a cientos de miles de euros.

MP-10 Tourbillon Weight Energy System Titanium de Hublot.

El MP-10 Tourbillon Weight Energy System, restringido a cincuenta unidades de 275.000 euros cada una, está fabricado en titanio, por lo que pesa poco, y es el primer MP con movimiento automático. Si carece de manecillas y de esfera, ¿cómo se lee la hora en él? Muy sencillo: gracias a unos rodillos con los números impresos. Pero lo más relevante de esta máquina es la manera con la que obtiene la energía que precisa para su funcionamiento. Si lo habitual es que un movimiento mecánico automático cuente con una masa oscilante que, al dar vueltas, proporciona el empuje necesario al mecanismo, en este caso esa misión la ejercen unos pesos ubicados a ambos lados del dial, que se mueven de arriba abajo.

Su caja futurista de 54,1 mm de largo, 41,5 de ancho y 22,4 de grosor tiene forma rectangular pero redondeada, sin ángulos, y dispone de un cristal de difícil confección que cubre todos los lados y que permite ver en su totalidad el tourbillon inclinado a las seis horas, que funciona como un indicador de segundos por la escala giratoria que incorpora en su borde exterior. Una reserva de marcha (que se queda en unas 48 horas) circular situada en el centro ayuda a saber cuándo hay que dar cuerda manual al reloj con la gran corona de las doce horas.

Más novedades

Si bien es el modelo más destacado por su innovación de estos primeros compases de 2024, no es la única novedad que ha enseñado Hublot. La marca se ha abonado al pop y a la cerámica, entregando más piezas de alegres colores que no pasan desapercibidas, como dos Classic Fusion Tourbillon Orlinski en vibrante amarillo y azul cielo. Son fruto de su colaboración con el artista francés Richard Orlinski, que ahora propone estos ejemplares de cerámica de 45 mm de diámetro. Albergan un movimiento mecánico de cuerda manual esqueletado con tourbillon que ofrece una reserva de marcha de cuatro días, aproximadamente, y marcan un precio de 99.000 euros cada uno. “Los precios son elevados, pero ni Rolex hace este color de cerámica, y los clientes nos vienen a buscar por este tipo de relojes”, dice Philippe Tardivel, director de Marketing de Hublot.

A estos Classic Fusion se unen otros dos Big Bang Integrated Time Only automáticos de 40 mm en cerámica azul (20.800 euros). Como su nombre indica, tienen tres agujas y un brazalete integrado con el que los responsables de la enseña quieren alcanzar nuevos públicos, pues es más conocida por sus correas de caucho.

Y, si bien se ha desvelado como especialista en cerámica, también lo es en otros materiales como el cristal de zafiro. Por eso ha lanzado un Big Bang Unico de 42 mm en saxem verde (una aleación de óxido de aluminio, el componente básico del zafiro, con tierras como el tulio, el holmio y el cromo) que cuesta 121.000 euros, y un Big Bang Integrated Tourbillon en zafiro morado (550.000 euros).

Otro de los puntos fuertes de Hublot es el de los relojes arcoíris. Para demostrarlo, ha presentado dos Spirit of Big Bang automáticos de 32 mm con forma de tonel que son una explosión de color (amén de exhibir otros similares pero adornados con diamantes blancos en cajas y esferas), y dos Square Bang Unico arcoíris de forma cuadrada y 42 mm, además de otros Square Bang Unico en azul de distintos materiales (titanio, king gold y cerámica).

Una vez más, Hublot ha ofrecido un abanico de complejos instrumentos de pulsera para quienes no temen marcar carácter. Y el año no ha hecho más que empezar.

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