El Pont Neuf –puente histórico que une las dos orillas del Sena en París– ha sido el escenario este martes del desfile con el que Pharrell Williams se ha estrenado como director artístico de la línea masculina de Louis Vuitton.
Una cita que no se han perdido celebridades como Beyoncé y su marido Jay-Z, LeBron James, Jared Leto, Zendaya, Lewis Hamilton o Naomi Campbell. Tampoco Rihanna, que llamó la atención de los presentes luciendo el reloj Brilliant Flying Tourbillon de Jacob & Co. y haciéndolo de una forma completamente diferente: atado al cuello, como si de una gargantilla se tratase.
Jacob & Co. ha explicado el proceso hasta llegar a esta genuina solución, proponiéndole varias opciones para llegar a la imagen que buscaba con este reloj totalmente engastado con 30 quilates de diamantes blancos talla baguette (más otros 338 diamantes talla brillante engastados en el movimiento).
Jacob & Co. confeccionó una correa blanca a medida para que Rihanna luciera la pieza alrededor del cuello. Este accesorio de piel de becerro blanca, estampado con un motivo de piel de caimán, fue la última pieza necesaria para crear el Brilliant Flying Tourbillon Watch Choker.
El tourbillon muestra una caja delicadamente decorada que encierra el volante, la espiral, la rueda de escape y otros componentes de crucial importancia en este reloj que cuenta con una constelación de componentes magníficamente acabados que, ensamblados y ajustados con pericia, permiten al movimiento JCAM43 mantener la precisión a lo largo de sus 42 horas de reserva de marcha.
La gargantilla del reloj Brilliant Flying Tourbillon está adornada con un total de 338 diamantes blancos engastados mediante la técnica del engaste invisible. 136 gemas en la esfera, 170 en la caja de oro blanco de 18 quilates y 15 más en la corona, incluida una gema talla cabujón de 1 quilate. En total, estos 338 diamantes blancos pesan 30 quilates, sin contar los 338 más engastados en el movimiento tourbillon volante.
Todo ello, con un precio de salida de 670.000 dólares, unos 613.000 euros al cambio. No está mal.