En Ginebra, periodistas y clientes de la alta relojería (los minoristas, dueños de joyerías y relojerías) ceden el paso hoy a los aficionados a los instrumentos para medir el tiempo. Por primera vez en la feria Watches & Wonders, que hasta este año era un evento comercial, se va a permitir el acceso al público general, previo pago de 70 francos suizos (unos 70 euros) por persona. Hay precios especiales para estudiantes y mayores, y es gratis para los menores de 12 años. Las entradas para mañana sábado se han agotado, y quedan pocas para el domingo 2 de abril.
Este cambio en la feria relojera más grande e influyente del mundo, que se está celebrando en el centro de exposiciones Palexpo de la ciudad suiza, está auspiciado por la Watches and Wonders Geneva Foundation. Es la fundación sin ánimo de lucro que se presentó el pasado octubre y que sustituye en la gestión de la feria a la Fondation de la Haute Horlogerie. Está formada por Rolex, el grupo Richemont (dueño de Cartier, Montblanc e IWC, entre otras marcas) y Patek Philippe, y su misión es promover la excelencia de la relojería, organizando exhibiciones de relojes y joyas por doquier.
En Palexpo, los visitantes encontrarán cuatro visitas guiadas diferentes para descubrir las 48 firmas expositoras. El área LAB, centrada en las innovaciones tecnológicas, mostrará 12 proyectos innovadores sobre el futuro de la relojería. Podrán acceder a la exposición de Karine Bauzin, donde esta fotógrafa de prensa suiza investiga nuestra relación con el tiempo y cómo se percibe. Y en el auditorio dispondrán de una serie de conferencias que abordarán diferentes temas relojeros y las principales tendencias de la industria.
La Watches and Wonders Geneva Foundation también ha diseñado un amplio programa para este fin de semana por toda Ginebra, con exhibiciones en las tiendas de relojes, visitas guiadas (por ejemplo, al Museo Patek Philippe, que alberga una de las colecciones de relojes más prestigiosas del mundo) y conferencias. Para iniciar la fiesta, ayer por la noche hubo artistas callejeros, bandas y un concierto en la urbe. ¡Cómo ha cambiado Ginebra estos días!