Takashi Murakami (Tokio, 1962) alcanzó fama global tras su alianza con la firma francesa Louis Vuitton, cuyos bolsos y cinturones alegró con colores. Él dice que en su Japón natal los medios de comunicación le llaman “un tipo de moda y lujo”, sin ser nada de eso. Fue hace veinte años, en una época en la que visitó una feria relojera en Suiza y pensó que podía aprender más sobre la industria de relojes de alta gama. “Me preguntaba, tras la colaboración con Louis Vuitton, qué es el arte, qué es lo comercial, el negocio de la gestión de marca… Todo me resultaba confuso”. En aquella feria conoció a representantes de Hublot. Pero no fue hasta 2019 cuando comenzó a trabajar con esta enseña relojera del grupo LVMH.
“Rechacé la propuesta tres o cuatro veces, no quería simplemente poner mi diseño en alguna parte. Pero Michael Tay, propietario de la empresa de distribución de relojes The Hour Glass y gran coleccionista de mis obras de arte, me dijo que le diera una oportunidad a Hublot. Quise visitar su fábrica, y al hacerlo me di cuenta de que era increíblemente cualitativa. La fusión de tecnología y proceso artesanal me impresionó mucho. Les puse como condición principal hacer algo único. No solo quiero prestar mis diseños, me estoy haciendo viejo y no tengo tiempo para eso. Realmente quiero mantener este sentimiento ‘fresco’ y hacer cosas nuevas”.
Desde que aceptó, ha creado llamativos relojes de edición limitada que se han vendido con rapidez. En 2021, Murakami aportó a la línea Classic Fusion de Hublot un reloj automático negro con una flor que ocupaba la esfera y cuyos 12 pétalos giraban gracias a un sistema de rodamiento de bolas. Le siguió el colorido Classic Fusion Takashi Murakami Sapphire Rainbow, de 104.000 euros, con el mismo motivo. Hubo una tercera colaboración el año pasado: dos ilustraciones NFT (piezas únicas de valor digital) del artista para acompañar a los modelos mencionados. En 2023, ya ha entregado 13 relojes únicos y otros tantos NFT exclusivos con la flor sonriente.
“Siempre intento crear algo que los coleccionistas deseen recopilar. La razón por la que he sobrevivido durante más de 30 años en el mundo del arte es porque mis cosas se han estado vendiendo, y se venden porque hago obras que los coleccionistas quieren comprar. Cuando deseas coleccionar, se liberan muchos químicos en el cerebro: la dopamina. Hace que la gente se emocione, es una especie de droga. Yo también me volví loco con el deseo de coleccionar cuando comencé mi propio proyecto NFT. No importa si hay una realidad material en lo que coleccionas o no. Si un NFT puede ser una obra de arte, significa que tiene el aspecto de hacer que la gente quiera presionar para coleccionarlos. Y los coleccionistas se emocionan más cuando se les abren nuevas puertas”.
La experimentación con distintos medios no es nueva para Takashi Murakami. “Incluso si entiendes el concepto de arte físico y arte digital, siempre sientes que hay una distancia entre los dos. Es por eso que debemos seguir presentándolos una y otra vez para cerrar esa brecha”, asegura. Para él, un reloj es arte conceptual. “No se trata realmente del reloj físico en sí mismo, de cómo un reloj puede presentar el tiempo, la idea del tiempo. Hay muchos tipos de relojes, los elaborados con complicaciones, los caros. Pero no tengo mucho conocimiento sobre el proceso físico del desarrollo o la innovación de relojes”. Durante su proceso creativo, el japonés no tiene en cuenta el soporte de su arte, ya sea un lienzo o un reloj. “Es lo mismo con el arte NFT, me siento aliviado y liberado de ese sentido de escala, ya sea que mi trabajo sea demasiado grande o demasiado pequeño. Cuando es algo muy pequeño, como un reloj, todo tiene que ser muy detallado. Pero se trata más de cómo mi imaginación puede ser transportada”.
Por estos lares, conocemos sólo una pequeña parte de la labor de Murakami. Lo que más ha trascendido es su motivo de la flor sonriente, pero hay mucho más. Más del 70% de su producción son personajes y temas que surgen de su lado ‘más oscuro’. “No creo que el arte tenga que ser algo brillante y feliz. Si solo ves esa parte de mi trabajo, pierdes el contraste de blanco y sombra que hay”. Puede que en su próximo capítulo con Hublot, Murakami desee ahondar en ello.
La colección
Estos NFT se inspiran en los videojuegos y la televisión japoneses de los años 70 y en el primer Classic Fusion Takashi Mu- rakami de cerámica negra, y están vinculados a una edición limitada de 13 nuevos Classic Fusion. Doce de ellos se podrán comprar online a partir de abril, en una plataforma a la que solo podrán acceder los propietarios de al menos uno de los 324 NFT emitidos en 2022, que se ofrecieron a los dueños de uno de los dos Classic Fusion Murakami físicos. Cada una de las 12 referencias representan uno de los pétalos de la flor sonriente del artista.