Generalmente, hablar de Hermès es hacerlo del caballo, pues la casa de lujo francesa comenzó a escribir su historia creando arneses para la equitación. De hecho, en su imagen corporativa se muestra un equino. Pero en el caso de este reloj que ha alumbrado la enseña francesa, el protagonismo se lo lleva una jirafa, la misma que se representa en el pañuelo de seda Arceau Las Tres Gracias que creó la artista británica Alice Shirley en 2020 tras un viaje a África.
Ese diseño se ha mudado con todo detalle al dial de un reloj del mismo nombre, algo que Hermès ha hecho en otras ocasiones. Por ejemplo, cuando el ilustrador japonés Daiske Nomura replicó en la esfera del Slim d’Hermès C’est la Fête un dibujo que había realizado previamente en un pañuelo. Lo cual nos informa de tres cosas: Hermès es artesanía, valora a los artistas y conserva los oficios artesanos en su plantilla.
El reloj Arceau, la base sobre la que se ha trabajado, salió de los talleres de la marca en 1978 con números en cursiva para los índices horarios (que tampoco aparecen en este modelo) y asas en forma de estribo desiguales. Lo creó Henri d’Origny, y desde entonces se ha prestado a la expresión artística. Ahora, para Las Tres Gracias, se ha optado por adornarlo con la técnica de la marquetería, muy difícil de realizar porque las piezas (195 en total) son diminutas y se rompen fácilmente.
El artesano redujo primero el dibujo y seleccionó las variedades de maderas que iba a emplear, así como su grano y su color, escogiendo maderas claras y oscuras al natural y otras teñidas y decoloradas: nogal y arce americanos, arce blanco europeo y tulípero de Virginia. A continuación, recortó los distintos fragmentos con una sierra de calar, los ensambló dando forma a la jirafa, los lijó y los barnizó.
Otro de los procedimientos a los que se ha recurrido ha sido la pintura en miniatura. Se utilizó una esfera de vidrio de aventurina como fondo azul medianoche, y sobre ella se pintaron motivos vegetales, con una sucesión de capas de micropintura aplicadas con pincel y secadas en un horno.
Impresiona el resultado final de la esfera, enmarcada en una caja de oro blanco de 38 mm de diámetro y rodeada de un bisel con 82 diamantes, un conjunto rematado por una correa de piel de aligátor azul zafiro. Por dentro, alberga el movimiento mecánico de cuerda automática de Hermès H1912, que ofrece las horas y los minutos y una reserva de marcha de 50 horas.
Las Tres Gracias (al parecer recibe ese nombre porque ese fue el número de jirafas que vio Alice Shirley en su viaje africano) es una edición limitada y numerada de 24 ejemplares. Cada uno de ellos tiene un precio de unos 65.900 euros.