Cuando hablamos de Google todos recordamos la historia de Larry Page y Sergey Brin, los dos jóvenes que desarrollaron el primer buscador de Internet en un garaje. Y cuando hablamos de Apple, el protagonista de la historia es Steve Jobs, que vendió su furgoneta Volkswagen para poder fundar, junto a dos amigos, lo que se convertiría en un gigante tecnológico. Pero no nos explicaron nada de Joanna Hoffman, mano derecha de Jobs, ex directora de marketing en Apple y miembro del equipo creador del primer Macintosh. Tampoco conocemos la historia de Susan Wojcicki, propietaria de aquel legendario garaje de Palo Alto, primera mujer que se unió a Google, e ideóloga de Google AdSense, principal fuente de ingresos del buscador. Y no es necesario ir a Estados Unidos, nos pasaría lo mismo si pensamos en otras empresas emergentes en nuestro país.
Que muchas mujeres emprendedoras sigan invisibilizadas es un grave problema si queremos contar con el talento femenino en sectores estratégicos, como el tecnológico. Sin referentes, no hay vocaciones. Lo demuestran algunos datos: en el sector tech, las mujeres emprenden la mitad que los hombres y solo el 14% de las startups están lideradas por mujeres. De hecho, sólo el 12% de los profesionales TIC de España son mujeres, mientras que la media europea alcanza el 30%.
La falta de modelos y los estereotipos que, muy a pesar nuestro, perduran en la educación de niños y niñas explican muchas de estas cifras. Pero también, una barrera añadida: el difícil acceso a la financiación a la hora de lanzar un negocio. El 60% de las emprendedoras digitales han tenido que apoyarse en la familia para emprender, ya que no han conseguido acceder a otras fuentes de financiación. Añadamos, en muchos casos, otra barrera aún sin resolver: la conciliación. Parece, pues, que emprender en femenino es una ‘heroicidad’. Pero no queremos ser valquirias: guerreras, valientes y capaces de derrumbar cualquier barrera. Solo queremos emprender en igualdad de condiciones.
Pedir soluciones a los políticos parece la respuesta más fácil. Pero estoy convencida de que las empresarias y empresarios también podemos ser una herramienta para cambiar el mundo y liderar causas sociales que van mucho más allá de nuestros negocios. Como ‘el movimiento se demuestra andando’, hace poco más de un año nos lanzamos a aportar nuestro granito de arena creando una televisión (Fibracat TV) dedicada a difundir historias de mujeres emprendedoras, empresarias, científicas, tecnólogas… Referentes que pueden ser inspiradoras para otras mujeres, jóvenes o niñas. Para muchos fue una auténtica locura. Para nosotras, un propósito irrenunciable.
También he apostado por colaborar en la financiación de proyectos de jóvenes emprendedoras digitales, un sector repleto de talento del que no podemos prescindir. Seguro que todas y todos podemos hacer algo, sea cual sea nuestra posición, para que las cosas pasen. Sin esperar a ver valquirias. Sencillamente, mujeres con talento y hambre de emprender.
*Meritxell Bautista es CEO de Fibracat y presidenta de Fibracat TV.