Forbes Ricos

Quién heredará España

La lista revela una bomba demográfica: 140.000 millones de euros en manos de mayores de 80 años, una edad media de 69 años y ausencia total de fundadores de unicornios tecnológicos ni emprendedores digitales.

La última radiografía de las 100 mayores fortunas españolas realizada por Forbes desvela un fenómeno que define y amenaza la estructura del país: una concentración generacional sin precedentes. De los 258.827 millones de euros que suman estos patrimonios, el 54,2% –más de 140.000 millones– pertenece a apenas 28 octogenarios, una generación que construyó sus imperios durante el desarrollismo español y cuya inevitable transición redefinirá la economía española de la próxima década.

Los números son tan contundentes como alarmantes. Estas 28 personas, con una edad media de 84,5 años, acumulan un patrimonio promedio de 5.318 millones de euros por cabeza, cuatro veces superior al promedio de los menores de 50 años.

En el extremo opuesto, solo siete personas menores de medio siglo figuran en la lista, representando un exiguo 2,3% del total, con un sumatorio de 5.958 millones de euros. El contraste es revelador: los mayores de 70 años poseen 29,8 veces más riqueza que los menores de 50.

Pero el dato más preocupante, no es meramente demográfico. El verdadero problema de España no es la edad de sus ricos, sino el origen de sus fortunas. No hay fundadores de unicornios tecnológicos en la lista. No hay emprendedores digitales. No hay innovadores en biotecnología. Esta ausencia no es estadística: es estructural y define el fracaso del modelo para generar riqueza en los sectores de futuro.

El imperio de Amancio Ortega

A la cabeza del ránking se encuentra Amancio Ortega, 89 años, con un patrimonio de 109.900 millones de euros. El fundador de Inditex representa por sí solo el 42,5% de toda la riqueza de los 100 españoles más ricos, una concentración que no tiene parangón en ninguna otra economía desarrollada europea. Su fortuna representa la suma de los siguientes 44 nombres de la lista y supera el PIB completo de países como Croacia o Uruguay.

Pero Ortega no es un caso aislado en su generación. Miguel Fluxà Roselló, 87 años, atesora 3.300 millones con Iberostar; Juan Abelló, de 83 años, controla 3.000 millones desde Torreal; los hermanos March Delgado, de 80 y 85 años, acumulan más de 4.100 millones a través de Corporación Financiera Alba; e Isabel Castelo, la decana de la lista a sus 96 años, mantiene 1.300 millones en el sector asegurador.

La clave de estas fortunas es temporal y sectorial. La mayoría se construyeron durante la Transición y el desarrollismo español, aprovechando oportunidades en sectores emergentes de aquella época: boom hotelero para el turismo de masas, distribución moderna, construcción de infraestructuras o banca privada. Son empresarios que convirtieron pequeños negocios familiares en corporaciones multinacionales.

El problema es que ese momento histórico fue hace ya 40 años. Y desde entonces, España no ha producido una nueva oleada de creadores de riqueza en sectores emergentes (especialmente en los tecnológicos).

El descenso generacional confirma esta tendencia, los septuagenarios, la generación del Baby Boom español, con 23 representantes, alcanzan 37.201 millones (14,4% del total) con un promedio de 1.617 millones por persona. Juan Roig, a sus 76 años, lidera este grupo con 7.900 millones, seguido de Hortensia Herrero con 4.400 millones y Florentino Pérez con 3.100 millones.

Los sexagenarios constituyen un grupo numeroso, con 24 personas, pero su patrimonio de 42.360 millones representa solo el 16,4% del total. Rafael Del Pino (67 años, 8.000 millones) y Juan Carlos Escotet (66 años, 6.200 millones) lideran este segmento. Aquí empiezan a aparecer sectores más diversificados, aunque siguen dominando infraestructuras y banca tradicional.

Los cincuentones, con 18 representantes, suman 32.940 millones (12,7%). De nuevo una Ortega: Sandra, de 57 años, domina este grupo con 10.000 millones heredados de su padre, mientras que Tomás Olivo destaca con 4.600 millones en centros comerciales. Esta franja empieza a mostrar mayor dinamismo en sectores como energías renovables y salud, aunque las cifras son modestas comparadas con generaciones anteriores.

El desierto innovador

El verdadero diagnóstico es la ausencia de innovación. Entre los 100 españoles más ricos aún no hay un solo fundador de unicornios tecnológicos. Ningún emprendedor digital que haya construido plataformas escalables. Ningún innovador en biotecnología o inteligencia artificial. Ningún magnate del comercio electrónico ni del software.
Si nos comparamos con grandes economías, por ejemplo la de Estados Unidos, empresarios como Jeff Bezos (Amazon), Elon Musk (Tesla), Mark Zuckerberg (Meta), Larry Page y Sergey Brin (Google) construyeron fortunas multimillonarias en las últimas dos décadas. En China también hay ejemplos, Jack Ma (Alibaba) y Pony Ma (Tencent) hicieron lo propio. Y más cerca, pasando por Europa, Spotify en Suecia o Skype en Estonia.

España, como decimocuarta economía mundial, no ha producido nada comparable. Los siete menores de 50 años que aparecen en la lista confirman esta realidad. Marc y Xavier Rubiralta (42 y 46 años, 1.100 millones cada uno) están en salud farmacéutica, un sector tradicional. Manuel Domínguez de la Maza (46 años, 1.300 millones) heredó parte del negocio textil familiar.

Lo más parecido al perfil que buscamos, José Elías (49 años, 650 millones), opera en energías renovables, sector con potencial pero aún lejos de las megafortunas.

Sectorialmente, solamente Ángel Asín Barcelona, con 500 millones, destaca en un negocio de ciberseguridad. Las energías renovables, sector con potencial transformador, solo aportan dos nombres a la lista, con menos de 2.000 millones combinados. En lo relativo a la biotecnología, solo tiene una presencia testimonial con la familia Rubiralta, aunque seguimos hablando de farmacia tradicional y no un biotech de vanguardia.

En resumen, el mapa sectorial refleja una economía del siglo XX operando en pleno siglo XXI. En Estados Unidos, el 60% de los más ricos crearon su fortuna en las últimas tres décadas. En China, la transformación ha sido aún más dramática: prácticamente toda su lista de multimillonarios surgió después del año 2000.

En España, la proporción que revela esta lista es inferior al 10%.

165.000 millones en transición

Mientras no se generen nuevos creadores de riqueza, España se enfrenta a la mayor transferencia patrimonial de su historia. Un total de 165.348 millones de euros –el 63,9% del patrimonio total– está en manos de personas de 75 o más años. En la próxima década, una parte significativa de esta riqueza cambiará de manos por razones biológicas, obvias e inevitables.

Doce personas con 85 o más años controlan 122.003 millones (47,1% del total). Amancio Ortega, con 89 años y 109.900 millones, encabeza esta lista de sucesión inminente; le siguen Miguel Fluxà (87 años, 3.300 millones), Juan Abelló (83 años, 3.000 millones) y los hermanos March (80 y 85 años, con 4.100 millones combinados).

Si la tendencia continúa sin cambios, en cinco años 51 personas tendrán más de 75 años, controlando el 68,6% del patrimonio. La lista Forbes de 2035 estará para entonces dominada por herederos gestionando patrimonios del siglo pasado.

De esta gran transferencia depende el futuro económico del país. España se enfrenta a una redistribución masiva que plantea preguntas importantes: ¿Serán los herederos gestores competentes o meros rentistas? ¿Se fragmentará el patrimonio entre múltiples descendientes?

Y sobre todo: ¿Seguirá España sin producir nuevos creadores de riqueza mientras se redistribuyen las fortunas del siglo XX?

Artículos relacionados