En abril, J.D. Vance concluyó su visita a la India con un discurso sobre la cooperación entre el país asiático y Estados Unidos. Estableciendo comparaciones entre el nacionalismo indio y el suyo propio, recordó a la multitud reunida, compuesta por políticos, diplomáticos, industriales y otras personas influyentes, sus orígenes en una ciudad de Ohio en proceso de desindustrialización, donde fue criado en parte por su abuelo, trabajador de una fábrica. «Cuando llegué, el dinero escaseaba mucho, pero él trabajó duro para que todos pudiéramos vivir bien», dijo Vance.
No hace falta decir que el dinero ya no es un problema para Vance, cuya fortuna Forbes estima en unos 12 millones de dólares. Eso supone dos millones más que hace un año, cuando Trump eligió a Vance como compañero de fórmula y Forbes estimó que el senador de Ohio tenía un patrimonio de 10 millones de dólares. Esa cifra anterior se basaba en su declaración financiera de 2022, la más reciente disponible en ese momento, que reflejaba su situación económica antes incluso de tomar posesión de su escaño en el Senado. Por lo tanto, el aumento de este año no se debe a una ganancia inesperada de Vance tras asumir el cargo, sino que refleja lo que se revela en las declaraciones financieras actualizadas, una visión más clara de sus activos y el crecimiento del mercado de valores.
Para empezar, tras ser elegido miembro del Congreso en 2022, Vance vendió su participación en Narya, la empresa de capital riesgo que fundó en 2019 y que se centraba en inversiones en empresas de «economía alternativa», es decir, empresas de tendencia conservadora como la plataforma para compartir vídeos Rumble y Strive Asset Management, de Vivek Ramaswamy, que están compitiendo con empresas consolidadas como YouTube y Vanguard, respectivamente. La empresa de capital riesgo fue muy lucrativa para Vance, ya que le reportó alrededor de un millón de dólares de beneficios en 2021 y 2022. Sin embargo, su valor en sus declaraciones de esos años figuraba como cero dólares. Evidentemente, eso no era del todo correcto: cuando vendió su participación en septiembre de 2023, declaró haber obtenido entre uno y cinco millones de dólares por ella. En su última declaración, Vance reveló que la venta se realizó en realidad en forma de un pagaré de Narya por un valor de entre uno y cinco millones de dólares, lo que había declarado anteriormente de forma incorrecta. Se trata de dinero que se le debe, con vencimiento en 2028, y que, por lo tanto, cuenta como un activo de su patrimonio neto.
Nuestra estimación también ha aumentado debido al auge del mercado de valores. A finales de 2022, Vance poseía participaciones por valor de entre 500.000 y un millón de dólares en SPY, un fondo cotizado en bolsa (ETF) que sigue el índice S&P 500, y en QQQ, un ETF con gran peso tecnológico. Vance no ha comprado más desde entonces, excepto una adquisición de entre 50.000 y 100.000 dólares de SPY en octubre de 2023, pero esos fondos se dispararon un 53 % y un 95 %, respectivamente, entre finales de 2022 y finales de 2024.
Sin embargo, para añadir un poco más de incertidumbre, el vicepresidente informa en su última declaración que en 2023 solicitó un préstamo, con un interés del 6,58%, contra su cuenta de corretaje. No dice por qué, ni está obligado a hacerlo, pero fue el mismo año en que se mudó al área de Washington D.C. para comenzar su mandato en el Senado y gastó 1,6 millones de dólares en una casa en la cercana Alexandria, Virginia. A finales de 2024, el principal del préstamo oscilaba entre uno y cinco millones de dólares.
La familia de Vance no vivió allí mucho tiempo. Tras mudarse a la residencia vicepresidencial del Observatorio Naval en Washington D. C. a principios de este año, vendió la casa de Alexandria (Virginia) por 1,9 millones de dólares, unos 300 000 dólares más de lo que pagó por ella. Mientras tanto, la casa de Vance en Cincinnati, Ohio, se ha revalorizado en unos 100.000 dólares, hasta alcanzar un valor estimado de 1,9 millones de dólares desde la última estimación de Forbes. El patrimonio neto de Vance también se ve impulsado por dos propiedades inmobiliarias que «inadvertidamente» omitió en declaraciones anteriores. La primera es una parcela de unos 40 hectáreas en el este de Kentucky que, según se informa, compró por 70.600 dólares en 2017 para proteger el cementerio donde está enterrada su abuela. La segunda es una propiedad residencial en Middletown (Ohio), donde pasó su infancia, con un valor de entre 50.000 y 100.000 dólares, según la declaración.
El aumento en las ventas de su exitoso libro de memorias de 2016, Hillbilly Elegy, también ayudó. Vance ganó entre 50.000 y 100.000 dólares en ingresos por la venta de libros en 2024. Según se informa, el total de ejemplares vendidos, incluidos los digitales y los audiolibros, supera los tres millones, de los cuales 750.000 se vendieron en las dos semanas posteriores a su nombramiento como candidato a la vicepresidencia, lo que llevó a la editorial HarperCollins a realizar una nueva tirada.
Si sumamos todo esto, los activos y pasivos recientemente declarados, el auge del mercado bursátil y el impulso del sector inmobiliario, el patrimonio neto asciende a unos 12 millones de dólares. El portavoz de Vance, Buckley Carlson, se negó a hacer comentarios.
Es un largo camino desde donde Vance comenzó de niño en Middletown, como escribe en «Hillbilly Elegy», marcado por la inestabilidad, el abuso de drogas, la violencia ocasional y otras malas decisiones de su madre y otras figuras de su vida. Su abuela materna lo enderezó, obligándolo a mejorar sus calificaciones. Al graduarse en la escuela secundaria, pudo considerar la universidad, pero optó por los marines, sirviendo en Irak y aprendiendo habilidades para la vida como ahorrar dinero, llevar las cuentas e invertir.
Cuando terminó su servicio en 2007, Vance se matriculó en la Universidad Estatal de Ohio. Aceleró sus estudios y se graduó en menos de dos años. Ese título fue su pasaporte a la élite; en 2010 ingresó en la Facultad de Derecho de Yale, donde conoció a la que hoy es su esposa, Usha. Ambos trabajaron como secretarios judiciales en Cincinnati, se casaron y luego se trasladaron a Washington D. C., donde Usha trabajó como secretaria judicial para el entonces juez del tribunal de circuito Brett Kavanaugh y J. D. comenzó a trabajar en un bufete de abogados corporativos. En 2014, gastaron 590.000 dólares en una casa en Washington D. C. que aún conservan. Forbes estima que hoy en día vale unos 780.000 dólares, antes de una hipoteca de aproximadamente 320.000 dólares, la única otra deuda revelada en la declaración de Vance.
A continuación, los Vance se mudaron al área de la bahía de San Francisco, donde J.D. trabajó en una empresa de biotecnología y luego en una empresa de capital riesgo fundada por el multimillonario de Paypal Peter Thiel. El éxito de Hillbilly Elegy, publicado en 2016, catapultó a Vance a las conversaciones de la élite liberal de la costa, un papel con el que nunca se sintió del todo cómodo y que ahora rechaza enfáticamente.
Después de regresar a Ohio en 2017 para dirigir una organización sin ánimo de lucro que fracasó, Vance se unió a otra empresa de capital riesgo fundada por un multimillonario, Revolution, de Steve Case. En 2018, J.D. y Usha compraron su casa en Cincinnati, y en 2019 Vance fundó la empresa de capital riesgo Narya. Pero ni siquiera invertir en empresas conservadoras pudo saciar su ambición política, por lo que Vance se reinventó de nuevo, esta vez como populista pro-Trump, y se presentó al Senado, donde obtuvo la victoria en parte gracias a los 15 millones de dólares en contribuciones del super PAC de su antiguo empleador, Thiel.
Solo tres años después, el chico del campo vive en una mansión proporcionada por el Gobierno, cobra un sueldo de 235.000 dólares y critica a aquellos que, en su opinión, han traicionado el corazón de Estados Unidos. «Hay decenas de millones de estadounidenses que, en los últimos veinte años, han tomado conciencia de lo que está sucediendo en nuestra nación», dijo a la multitud en la India. «Pero creo que despertaron antes de que fuera demasiado tarde».
