Pasa 12 horas al día administrando su empresa, que se convirtió en un conglomerado global con 86.200 millones de euros (92.170 millones de dólares) en ingresos el año pasado y pasará un tiempo antes de que Bernard Arnault (que la pasada primavera ocupó el puesto de la persona más rica del mundo) se retire. Consciente de las especulaciones, el jefe de LVMH dijo hace unos meses que e «jurado» del grupo aún no se había pronunciado. «Tengo cinco miembros de la familia trabajando en el grupo. Veamos si uno de ellos puede tomar el control», le dijo Bernard Arnault a Bloomberg en una entrevista.
Sin embargo, lo que sí que ha hecho recientemente el presidente y CEO es extender su edad de jubilación de los 75 a 80 años. Una norma (auto) impuesta aparentemente, tras la carta de Warren Buffett en la cual el legendario inversor (de entonces 93 años) le advertía que de que estaba cometiendo un error porque el límite de edad en la empresa era demasiado bajo, según reportó Bloomberg.
No obstante, en Francia es legal jubilarse antes de los 64 años sin sufrir una reducción en su pensión. Tras esa edad, cualquier trabajador que haya cotizado legalmente en el país galo puede cobrar su pensión, aunque las reglas pueden variar dependiendo de la historia laboral y las condiciones personales de cada trabajador.
Recientemente además, LVMH ha estado reestructurando su equipo directivo, incluida la contratación de la ex directora financiera de Danone (Cecile Cabanis) como sucesora del veterano director financiero Jean-Jacques Guiony. La familia Arnault, no obstante, todavía retiene un control estricto sobre la empresa del aproximadamente el 64% de los derechos de voto, además del 48% de la propiedad de las acciones.
Los Arnault de segunda generación también han estado subiendo de rango para desempeñar papeles fundamentales en la empresa durante años. Delphine, de 49 años, es la presidenta y directora ejecutiva de Christian Dior Couture, parte del segmento comercial más lucrativo de LVMH, que abarca la moda y los artículos de cuero.
Por su parte, Antoine Arnault (de 47 años) es el director de imagen y medio ambiente del conglomerado y fue fundamental para que LVMH firmara una asociación para los Juegos Olímpicos, y Alexandre Arnault (de 32) nuevo director general de Moët Hennessy, también suena fuerte como posible sucesor de la multinacional.
Así pues, y aunque el gigante con sede en París siempre ha estado dirigido únicamente por su fundador y director ejecutivo, todos sus hijos están metidos (de diferentes maneras) en la empresa. La influencia de LVMH es evidente como una de las empresas más valiosas de Europa y propietaria de algunas de las marcas de lujo más queridas, todo el mundo (desde los inversores hasta los compradores) está interesado en el futuro de la empresa.
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