Aún no está acabada y Kanye West ya la quiere vender. Quizás se trate del típico capricho de millonario, porque el rapero de Chicago, que estrenará muy pronto su nuevo disco, ‘Vultures’, junto con el cantante Ty Dolla Sign, ha puesto en venta su casa en Malibú por 53 millones de dólares. La casa, con unas vistas espectaculares a la bahía californiana, fue diseñada por el arquitecto japonés Tadao Ando.
Ye, que así es como se conoce ahora al artista poseedor de 24 premios Grammy, compró esta vivienda hace dos años por un poco más del precio de venta: 57,25 millones de dólares. Cuando adquirió la casa, ya estaba terminada y parcialmente amueblada, pero a Kanye West le pareció todo muy anticuado y decidió iniciar una reforma masiva. Entre las renovaciones se encontraba una instalación de nuevas ventanas y puertas, un sistema nuevo de fontanería y electricidad y remates en el acabado del interior.
Lo peor de todo es que lo que falta por terminar de renovar la casa no es muy barato que digamos. En palabras de Jason Oppenheim, agente inmobiliario y estrella televisiva del programa «Selling Sunset» (Netflix), «se necesitarán varios millones de dólares para terminar la casa». No se ha especificado cuántos millones faltarán, pero por lo que se ve no serán pocos.
La casa cuenta con cuatro dormitorios, 5 cuartos de baños y una terraza frente al mar de aproximadamente 460 metros cuadrados, por no decir que está literalmente a pie de playa. Fue construida en 2013 por el coleccionista de arte, Richard Sachs y pasó 7 años planificando y obteniendo permisos para construir dicha vivienda. Finalmente, la sacó al mercado en 2020 y un año después, la compró Kanye West, cuando anunció su separación con Kim Kardashian.
Lo cierto es que esta casa ha dado muchos dolores de cabeza a Kanye West. Comenzando por los numerosos contratiempos que se ha encontrado para tener apunto su casa y terminando por un juicio que inició un contratista que trabajaba en la construcción de la vivienda y que, según alega, West le obligó a trabajar 16 horas al día y a dormir en el suelo.