Ivana Trump dejó 34 millones de dólares en bienes cuando murió el pasado mes de julio, según documentos de sucesión no publicados anteriormente. Su testamento especificaba que la mayor parte se repartiría entre sus tres hijos, Don Jr, Ivanka y Eric Trump. También dejó dos propiedades a unos amigos e intentó dejar otra a su exmarido, Rossano Rubicondi, pero éste falleció antes que ella. Donald Trump, el exmarido más rico de Ivana, no recibió nada.
El activo más importante del patrimonio de Ivana es una casa adosada en Nueva York, situada a media manzana de Central Park. Sus herederos están intentando venderla por 26,5 millones de dólares. No está claro si conseguirán esa cantidad. Sea cual sea el precio final, las ganancias se repartirán a partes iguales entre Don Jr, Ivanka y Eric, según el testamento de su madre.
No será una suma insignificante para estos Trump más jóvenes, cuyo padre se ha mostrado dispuesto a prestarles dinero pero reticente a entregarles piezas importantes de su imperio de 3.200 millones de dólares. En 2019, FORBES estimó que Don Jr. y Eric tenían un patrimonio valorado en unos 25 millones de dólares cada uno, mientras que la fortuna de Ivanka ascendía a más de 375 millones, tras haber creado su propia marca de moda y haberse casado en el seno de otra familia rica. Desde 2019, los tres hijos se han deshecho de sus participaciones del 7,5% en el Trump International Hotel en Washington, D.C., parte de una venta masiva que permitió a cada uno de ellos cobrar más de diez millones de dólares, según las estimaciones de FORBES.
La mayor beneficiaria, aparte de los hijos de Trump, podría ser Dorothy Curry, que trabajó para los Trump durante décadas. Empezó como niñera, «con brillo en los ojos y mucha energía nerviosa», escribió Ivana en su libro Raising Trump. Mujer religiosa, Curry se arrodillaba todas las noches junto a la cama de los hijos de los Trump y les enseñaba oraciones que su madre no sabía en inglés. «No puedo decir que la religión juegue un papel importante en mi vida ahora», escribió Ivana en su libro de 2017, «pero me alegro de que los niños crecieran hablando con Dios». La exniñera se convirtió más tarde en asistente de Ivana y permaneció cerca de la familia durante años.
Curry, cuya dirección que aparece en los documentos de sucesión es en un edificio de apartamentos de clase media en Queens, recibió un condominio en Florida que los servicios inmobiliarios en línea estiman que vale más de un millón de dólares. El testamento también especifica que Curry debe recibir el Yorkshire terrier de Ivana, llamado Tiger Trump. La generosidad de Ivana refleja el hecho de que Curry se convirtió en parte de la familia Trump a lo largo de los años. «Dorothy es mi segunda madre», explicó Eric Trump en el libro de su madre, recordando el tiempo que pasó en su Irlanda natal. «Me ha criado desde que era un bebé, y estamos increíblemente unidos –inseparables–. La quiero inmensamente».
Eric Trump es el responsable de gestionar la herencia y su disolución, después de que su madre le nombrara su representante personal. El testamento especifica que, si él no pudiera desempeñar las funciones, la responsabilidad pasaría al contable de Ivana.
La herencia también incluye algunas propiedades en el extranjero. Ivana pretendía dejar un lugar en St. Tropez (Francia) a Rossano Rubiconi, su exmarido. Pero ese legado caducó después de la muerte de Rubicondi, al parecer en 2021. Ivana donó otra propiedad en St. Tropez a su amiga, Evelyne Galet. No está claro cómo Ivana conocía a Galet, o quién es exactamente, y los representantes de la Organización Trump no respondieron a una lista de preguntas.
Ivana también dejó algo para la caridad. Toda su ropa, dijo, debía entregarse a la Cruz Roja Americana y al Ejército de Salvación. Hizo una excepción: ordenó que se vendieran sus pieles y que los beneficios se destinaran a sus tres hijos.
Los registros que expecifican todo esto están archivados en el condado de Miami-Dade, Florida. Ivana pasaba el invierno en Miami, el verano en St. Tropez y el otoño y la primavera en Nueva York. Pero declaró Florida, un estado sin impuesto sobre la renta, como su residencia oficial. Donald Trump y sus tres hijos también viven ahora en el Estado del Sol.
El patrimonio de Ivana es lo suficientemente grande como para que los Trump tengan que presentar una declaración federal del impuesto de sucesiones. El Servicio de Impuestos Internos permite a cualquier persona heredar doce millones de dólares libres de impuestos, pero el gobierno se queda con hasta el 40% de todo lo demás. Suponiendo que los activos de Ivana asciendan a 34 millones de dólares, los impuestos sobre el patrimonio podrían ascender a 8,7 millones de dólares. En su testamento, Ivana especificó que sus bienes debían utilizarse para cubrir esos impuestos.