Kanye West presentó el pasado martes una petición ante el Tribunal Superior de Los Ángeles para cambiar legalmente su nombre a Ye, como el título de su álbum de 2018. El 14 de diciembre de ese mismo año, el artista ya anunciaba sus intenciones a través de su cuenta de Twitter: «Soy Ye». Ahora, alega razones personales para el cambio oficial.
Si bien la decisión de cambiar su nombre parece estar motivada por cuestiones de identidad y autoexpresión, es probable que también sirva a sus intereses comerciales. «La autenticidad es lo que impulsa la relevancia hoy en día, y el mayor riesgo para una marca de moda es no ser relevante», dice Angelique Rewers, CEO de la consultora BoldHaus. «Lo bonito de esto es que es genuino, porque en su círculo íntimo le ha llamado así durante mucho tiempo. Es una auténtica evolución de su marca», añade.
FORBES estima que el valor neto de la fortuna del rapero asciende de 1,8 mil millones de dólares (1,5 millones de euros). De ellos, 1,5 mil millones (1,27 mil millones de euros) proceden de su imperio de zapatillas Yeezy, una asociación con Adidas que facturó 1,3 mil millones de dólares (1,1 mil millones de euros) en zapatillas en 2019 y 1,7 mil millones en 2020 (1,44 mil millones de euros). La similitud entre Ye y Yeezy podría convertir a más oyentes de su música en compradores de zapatos y aumentar entonces el valor neto de la marca.
«Está haciendo algo que atrae la atención de los medios de comunicación y genera conciencia de ello entre los consumidores. Además, lo está haciendo de una manera que conecta con su marca, con su negocio de zapatillas y despierta el interés», dice Kim Whitler, profesor de marketing de la Escuela de Negocios Darden de la Universidad de Virginia.
Además, el nombre de Ye también puede ampliar su atractivo para una nueva generación de oyentes y consumidores. Al acortar su nombre a una sola sílaba, West sigue los pasos de las marcas mundiales y de las empresas de alto crecimiento que recortan sus nombres para sonar mejor y atraer a grupos demográficos más jóvenes. «Los nombres de una sola sílaba son más fáciles de comunicar y cuentan con un factor de frescura en el mundo del espectáculo y en la población actual», dice Eric Schiffer, director general de Reputation Management Consultants.
Por encima de todo, el cambio de nombre consigue algo en lo que el artista siempre ha sido experto: generar publicidad. Le mantiene en las noticias y llama la atención sobre el próximo lanzamiento de su nuevo álbum de estudio Donda, donde da a conocer su incipiente imperio Yeezy y restablece su buena fe entre los fans de Kanye West. «Parte de lo que hace que su marca sea tan poderosa es que realmente tiene una visión creativa total sobre ella», dice Rewers. «Siempre es una expresión de esa visión, y este nombre también lo es».