Por casualidades de la vida (o no) el destino quiso llevarles hoy a un lugar familiar. El escenario donde tiene lugar esta sesión de fotos para Forbes es el mismo despacho en el que Daniela Santiago e Israel Elejalde (Cristina Ortiz y Pepe Navarro en la ficción) se reúnen en el trasfondo de aquel late night –llamado Esta noche cruzamos el Mississippi– que vio nacer al personaje televisivo de La Veneno. Un capítulo extraordinario de la historia mediática de España que el dúo creativo Los Javis –Javier Ambrossi y Javier Calvo (39 y 32 años)– supo rescatar del olvido para dar vida a uno de los proyectos más exitosos de nuestra ficción.
Si medios como The New Yorker, Variety o The New York Times consideraron a Veneno una de las mejores series de 2020, celebridades de la talla de Madonna se sumaron al aplauso generalizado a través de su cuenta de Instagram. Un fenómeno viral que traspasó fronteras y que contó con el beneplácito del público y la crítica, convirtiendo este relato coral sobre la vida de una mujer transexual de Almería en un cántico de activismo global por el colectivo LGTBIQ+.
Tres años después, y bajo la presión –“pero de la buena”, matizan– que implica tener semejante hito en su carrera, regresan por todo lo alto con La Mesías. Una miniserie autoral producida con Movistar Plus+ que abre en formato de thriller psicológico una puerta oscura e inédita en su obra. Y en donde su visión pop de la realidad vuelve a pleno pulmón, en esta ocasión, para relatar la historia de una banda de pop cristiano integrada por seis hermanas, en el seno de una familia marcada por el fanatismo religioso y una madre con delirios mesiánicos.
En el momento de esta entrevista faltan pocos días para que vea la luz el capítulo final, un desenlace que miles de espectadores esperan cada jueves (cifra que va en aumento por la plataforma en streaming) y que augura, por seguro, un nuevo récord de audiencias. Pero el fenómeno no termina aquí: 180.000 visitas al canal de YouTube de Stella Maris (la banda ficticia inspirada en el fenómeno real que fue Flos Mariae), 30 millones de referencias en TikTok con usuarios imitando las coreografías del grupo o infinitas búsquedas sobre su casting, formado por actores inexpertos y pesos pesados de la talla de Carmen Machi o Lola Dueñas. Y, como indica Javier Ambrossi, esto es solo el principio: “HBO Latinoamérica compró la serie tras ver el primer capítulo y esto se traducirá en millones de nuevos espectadores”.
Su voz resuena ahora satisfecha y tranquila, sabiendo que el desafío mereció la pena. “Era un proyecto muy grande, tanto para Movistar Plus+ como para nosotros. Hay mucha inversión detrás pero confiaron ciegamente en nosotros para que hiciéramos la serie que queríamos, a pesar de decisiones arriesgadas como rodar en 16 mm o con niños improvisando”. “No es una serie al uso, sino un reto”, añade Calvo. “Tiene muchas referencias desconocidas por el gran público y ha llevado tres años escribirla, sin estar seguros de si la gente la miraría de la misma forma que nosotros. Ver este recibimiento con tanta emoción e intensidad nos pone muy contentos”.
“El haber sido conocidos por la televisión nos ha ayudado a llegar más al público y, por tanto, tener más libertad para ser creativos», asegura Calvo
Un escenario que no solo demuestra su maestría a la hora de manejar la emoción y la fibra sensible como nadie, sino el poder de Los Javis como marca de negocio, una de las más rentables en la industria de ficción en este país. Al cobijo de Suma Content, su productora de contenido audiovisual independiente creada en 2021 tras el éxito de Veneno, han dado luz verde a otras fórmulas empresariales. “Somos como una factoría enraizada en nuestras ideas. Además de financiar nuestros proyectos producimos otros que no podemos realizar, bien por tiempo o no estar en ese momento, además de dar voz a historias de jóvenes talentos y gente que nos gusta”, expresa Calvo. Cardo, la serie creada por Ana Rujas y Claudia Costafreda, ganadora de dos premios Feroz y un Ondas, es un ejemplo. El 17 de diciembre estrenarán Vestidas de azul, la continuación de Veneno de la que son productores y dirigida por M. Rueda, C. Costafreda e I. de la Rosa. La antesala de un 2024 que se presenta cargado de novedades, con dos series y la primera película producida por Suma Content.
En el plano financiero, la factoría de Los Javis es un puzzle donde cada pieza encaja con la misma exactitud que la trama de sus guiones. “2023 ha sido el año en el que hemos alcanzado el break even después de dos años de inversiones perfilando el modelo de negocio y el comercial”, explica Beltrán Gortázar, CEO de Suma Content. Con una previsión de crecimiento constante como muestra la tendencia de estos tres primeros años, se mantienen fiel a su política de empleo activo. Desde su creación, esta empresa ubicada en el corazón de Chamberí ha generado más de 2.200 puestos de trabajo directo, con una creación de empleo de +42% respecto a 2022. Y siempre con la inclusión y la diversidad como bandera. “Contamos con mayoría de mujeres, sobre todo, en áreas clave de negocio. Respecto a la inclusión racial y de nacionalidad, en estos años hemos contado con más de 15% de talento racialmente inclusivo, dos puntos por encima de la media nacional de extranjeros trabajando en España”, detalla Beltrán Gortázar.
Todo el equipo humano que formó Veneno fue un ejemplo inédito de inclusión en esta industria, reforzando su faceta como cara visible de la lucha LGTBIQ+. “Somos muy cuidadosos a la hora de elegir el casting. Siempre tiene que haber hueco para la diversidad en cada departamento ya sea como directores, guionistas, productores, ejecutivos… Queremos dar oportunidades, ofrecer nuevas voces y potenciar el liderazgo de los equipos en las mujeres”, explica Ambrossi. ¿Hablamos de un cine activista? “No sé si será activismo o más bien responsabilidad. Sí hay una mirada muy pensada de diversidad en cómo hacemos las cosas, quizás la historia no te lo permita como en La Mesías pero sí en el equipo que hay detrás”.
“No sé si será activismo o más bien responsabilidad. Sí hay una mirada muy pensada de diversidad en cómo hacemos las cosas», dice Ambrossi
La marca Los Javis, apodo que acuñó la actriz Belén Cuesta en La Llamada –su primer proyecto como guionistas y directores– ha pasado por múltiples fases. Fue la frescura y precariedad que supuso la primera temporada de Paquita Salas en 2016, con el personaje interpretado por Brays Efe que ha cambiado para siempre el lenguaje viral en las redes sociales. Es también la maduración de un musical contracultural como La Llamada –con dos millones de espectadores en el Teatro Lara tras una década en activo–, que fraguó cuatro años después su primera película con cinco nominaciones a los premios Goya, incluida a la dirección novel. Y Los Javis es ahora ‘el rótulo’ de su proyecto de vida, tanto personal como profesional.
Un plural intencionado que asumen con orgullo y es capaz de transformarse en un personaje televisivo (como profesores de Operación Triunfo o jurado de Drag Race España o Mask Singer), diseñar su propia línea de ropa o albergar producciones titánicas y desafiantes sin miedo al qué dirán. “A veces he tenido cierto prejuicio y siento que tuvimos que demostrar mucho, pero el haber sido conocidos por la televisión nos ha ayudado a llegar más al público y, por lo tanto, tener más libertad para ser creativos en nuestros proyectos”, reflexiona Calvo.
La complicidad que surgió desde ese primer tonteo que Ambrossi mantuvo por Facebook sigue intacta, forjada en una relación personal precedida de una amistad de cuatro años. Cuando se conocieron, Calvo tenía 17 años y era Fer para toda España, el personaje de Física o Química. Ambrossi también era un actor en ciernes, algo que mira con distancia y mucho humor: “Ahora me ofrecen papeles protagonistas cuando en aquella época lo pedías a gritos”, comenta entre risas. Centrados en su labor como directores y guionistas, apenas pasan unas horas separados al día, sin que el desgaste haga mella. “Si discutimos, que cada vez es menos, es por estrés”, apunta Calvo. Con los roles bien definidos en lo profesional –“yo estoy en lo micro: en el tipo de plano, la música o el color que vamos a utilizar. Javi controla la idea conceptual y el movimiento interno de las tramas”, explica Calvo–, con el tiempo han aprendido a ser jefes pero bajo una responsabilidad: “Siempre hemos sido productores de nuestros proyectos, primero por necesidad y luego como una virtud, así que sabemos optimizar el dinero”, señala Ambrossi. Con un sólido proyecto de futuro en común, y en el que rodar en Hollywood terminará por hacerse realidad –“no nos moriremos sin hacerlo”, avanza Calvo– está claro que el fenómeno Los Javis no ha hecho más que empezar.
*Producción Pan Creative Studio
*Fotografía Rocío Aguirre