Con la recuperación de las bolsas tras el cisma provocado por la pandemia mundial muchos inversores se preguntan si es momento de apostar por fondos de inversión de renta variable. Especialmente, por si pueden seguir teniendo interés desde el punto de vista de las rentabilidades esperadas, teniendo en cuenta el gran repunte que acumulan los mercados en los últimos meses.
Durante el año 2020, los inversores se pusieron a salvo en medio de la incertidumbre mundial, siendo los activos de crecimiento y los defensivos una parte clave de la ecuación (como con las empresas tecnológicas). Sin embargo, los anuncios durante el mes de noviembre de que se han desarrollado varias vacunas efectivas contra la COVID-19 dieron a los inversores un incentivo para pensar en la “normalización” y la recuperación económica en 2021 y 2022.
“Los inversores han comenzado a considerar el potencial de crecimiento de ingresos y beneficios en muchas áreas que sufrieron durante la pandemia”, opina Alex Tedder, responsable de renta variable de Schroders. Las más obvias son las que se paralizaron durante el confinamiento, como los hoteles, restaurantes, empresas de ocio y compañías de viajes. Parece muy plausible que cuando se produzca la recuperación, muchas de estas empresas experimenten un fuerte repunte, favoreciendo a vehículos posicionados en renta variable.
Con estos mimbres, parece que las bolsas siguen luciendo con buen tono. “Las valoraciones de la renta variable global siguen siendo (relativamente) atractivas, especialmente fuera de Estados Unidos, pues las acciones globales están, en conjunto, razonablemente bien valoradas y en línea con sus datos adelantados promedio a largo plazo”, concreta el gestor de Schroders.
La rentabilidad por dividendo global también se mantiene materialmente por encima de la rentabilidad de los bonos, lo que respalda el argumento relativo a favor de las acciones sobre los bonos del Tesoro.
Desde el punto de vista de Tedder, como clase de activo, cree que la renta variable seguirá teniendo una buena rentabilidad en 2021 a medida que se extienda la recuperación. “Sin embargo, cabe destacar que tras un período de mayor rentabilidad de la bolsa estadounidense frente al resto del mundo (alrededor del 8% anualizado en los últimos 10 años), Estados Unidos está ahora cotizando con una prima en su valoración de ganancias corrientes a largo plazo”, matiza. Mientras tanto, el resto de las bolsas mundiales cotizan ahora con un descuento sustancial.
Los sectores mejor situados
En este contexto, las valoraciones de muchos de los ganadores prepandémicos que se beneficiaron aún más de las tendencias aceleradas por la crisis del coronavirus, como las empresas de tecnología y energía renovable, se han acercado a los niveles de 2020, lo que los hace más atractivos para los inversores a largo plazo.
“La inversión en tecnología y computación en la nube debería seguir siendo elevada después de la pandemia, ya que el trabajo remoto a tiempo parcial se ha convertido en la nueva normalidad”, apunta Nigel Bolton, co-director de Inversiones de BlackRock Fundamental Equities.
Las empresas que pueden ayudar con la digitalización parecen estar bien preparadas para tomar participación de mercado y generar resultados de ganancias impresionantes. “Las marcas de ropa populares que pueden vender directamente a los consumidores online deberían ganar clientes, ya que esa tendencia continúa incluso cuando las tiendas vuelven a abrir”, añade el experto de BlackRock. Un esquema que favorece a la renta variable y, por ende, a los fondos.
Frente a la positividad con que se mira hacia sectores como el del turismo o el ocio, las expectativas en sectores cíclicos como la energía, los materiales o industriales son bajas y merecen atención. “Creemos que los mercados subestiman la transición a una economía con bajas emisiones de carbono, por lo que las empresas integrantes de este proceso podrían ofrecer una sorpresa en las ganancias”, destaca Bolton.
“Los mercados subestiman la transición a una economía con bajas emisiones de carbono. Las empresas integrantes de este proceso podrían ofrecer una sorpresa”
Es evidente que existen importantes desafíos estructurales (como la transición energética) que seguirán afectando significativamente a muchas empresas de esos sectores en el futuro. “Sin embargo, creemos que algunas empresas seguirán adaptándose y prosperando y que un repunte sostenido de la demanda mundial en 2021 impulsará un crecimiento significativo de los ingresos y los beneficios”, comenta Tedder.
Asimismo, parece que, tras la crisis, la rentabilidad será superior en el segmento cíclico impulsada, especialmente, por el excelente momento para los beneficios en los sectores de la energía, las materias primas y el automóvil. “Con el aumento en el ritmo de vacunación y la aplicación de planes de estímulo en todo el mundo, las operaciones de reflación y normalización pueden recuperar el favor de los inversores”, cuenta Laurent Denize, Global Co-CIO de ODDO BHF.
Así pues, la rotación hacia valores a múltiplos razonables debería continuar con la mejora del momentum de los beneficios y la recuperación económica prevista para 2021 especialmente porque las expectativas de inflación parecen reforzarse a corto plazo.
“En este contexto, el sector bancario puede ser una inversión tácticamente sólida con un impulso de beneficios bastante bueno… Sin embargo, sigue faltando la fuerza estructural para impulsar la subida de los tipos de interés”, concluye.