El mercado de la deuda se está viendo completamente alterado por las decisiones de los bancos centrales y los gobiernos como consecuencia de la crisis del coronavirus. Los próximos meses pueden ser claves para descifrar el comportamiento técnico de este segmento en el ámbito de los fondos de inversión. Existen muchas claves que se han de tener en cuenta.
Craig MacDonald, director global de renta fija de Aberdeen Standard Investments, analiza todos los aspectos más relevantes y ofrece su visión sobre dónde se pueden encontrar las principales alternativas de inversión.
¿Cuáles son los factores que están impactando los mercados de renta fija en estos momentos?
Todo el mundo es consciente de que 2020 fue terrible para la economía mundial, pero lo bueno es que este año se está recuperando. Creemos que el crecimiento del PIB global en 2021 rondará el 5%, aunque el ritmo no será homogéneo; Estados Unidos y los emergentes liderarán el crecimiento. En este entorno de recuperación hay tres aspectos que los inversores de renta fija vigilamos de cerca. El primero es cómo esta mejora económica impactará en la rentabilidad de las empresas, el segunda es cómo afectará a las previsiones de inflación y el última, cuál será la respuesta de los bancos centrales a este entorno.
“Todo el mundo es consciente de que 2020 fue terrible para la economía mundial, pero lo bueno es que este año se está recuperando”, afirma MacDonald
Con este telón de fondo, ¿cómo será el impacto sobre las compañías?
Pensamos que los efectos sobre las empresas y sus balances será positivo. Consideramos que se va a reducir el nivel de endeudamiento de las compañías, lo que mejora la calidad del crédito. De hecho, esperamos un incremento en el número de rising stars (compañías que abandonan el high yield para ser consideradas emisiones con grados de inversión).
Precisamente, la inflación es uno de esos factores que va a estar vigilando. ¿Le preocupa su aumento?
Los últimos diez años han estado dominados por la moderación de la inflación. El último ejercicio todo giraba alrededor de una posible deflación y esa es la razón por la que los bancos centrales fueron tan agresivos. Ahora parece que hemos entrado de nuevo en una era de inflación y, en realidad, es cierto que parece que hay algo más de posibilidades de que aumente. De hecho, nosotros prevemos algo de repunte, sobre todo en el segundo trimestre en Estados Unidos, pero creemos que luego tenderá a reducirse. Nosotros estimamos que podría alcanzar el 2,5% para luego caer al 2%.
Pensamos que más allá de esta fase, el mundo seguirá dominado por una débil expansión económica ya que la evolución del empleo sigue siendo débil, y esto nos devolverá a una senda de suave crecimiento una vez hayamos completado la recuperación. Y, en conjunto, nos encontramos ante una serie argumentos negativos para el incremento de los precios.
De hecho, los factores que hacían que la inflación fuera baja antes de la pandemia siguen vigentes. Podríamos citar algunos como la globalización, los altos niveles de endeudamiento y el envejecimiento de la población.
Pero lo cierto es que no podemos negar los niveles de estímulo fiscal y monetarios sin precedentes que se han puesto en marcha, algo que podría ser potencialmente inflacionario. Creo que el mercado no va a estar completamente relajado ante un posible aumento de la inflación hasta el tercer o cuarto trimestre de este año.
Es por eso por lo que prevemos que seguirá la volatilidad durante los próximos tres o cuatro meses, o quizá más. El mercado de bonos soberanos puede todavía continuar algo más de tiempo con este proceso de ventas hasta que se estabilice, pero no creemos que estemos ante un cambio estructural que nos lleve a un mundo inflacionario.
¿Esta volatilidad en los bonos soberanos cómo le afecta como inversor de renta fija?
Es cierto que recientemente hemos visto una subida en los precios de los bonos soberanos como consecuencia de la normalización de la economía y por los temores a un aumento de la inflación. Y cuando esto ocurre, la pregunta es cómo impacta en el crédito. Y hay mucha gente que ha comenzado a pensar que podríamos estar ante un nuevo taper tantrum como el ocurrido en 2013 en Estados Unidos y que provocó una corrección significativa en la deuda corporativa.
¿Y cuál es la escena actual teniendo en cuenta esa visión?
Nosotros pensamos que cada vez que ha ocurrido un proceso similar desde 2008 ha sido por unas circunstancias específicas más que por un cambio de dinámicas estructurales. Dicho esto, no debemos ser complacientes. Creo que hay factores que obligan a esa cautela de la que hablaba. Uno de ellos es que el endeudamiento empresarial ahora es más alto que hace diez años. Sin embargo, los bancos centrales, en especial el BCE seguirán apoyando al mercado.
¿Eso quiere decir que hay que quedarse fuera del mercado?
En absoluto. El momento es más que oportuno para gestores expertos en selección de activos porque hay muchas opciones si se pone en marcha una buena selección de activos, de bond picking.
Eso es, precisamente, lo que hacemos con nuestros fondos de inversión en crédito europeo, el SLI Global SICAV – European Corporate Bond Fund y el SLI Global SICAV – European Corporate Bond SRI.
“Dentro del sector de inmobiliario que nos gusta mucho, y es el de centros de datos”, asegura
Cuénteme cuál es el análisis que hacen más en detalle…
En concreto, pensamos que con una economía que mejora, probablemente asistamos a una recuperación de los beneficios, por lo que vemos capacidad de mejora significativa en el área de bonos con calificación crediticia BB en los próximos 12 o 18 meses.
Si miramos a sectores, hay una temática dentro del sector de inmobiliario que nos gusta mucho, y es el de centros de datos. La pandemia ha alterado nuestra vida y ha hecho que trabajemos más desde casa, que se incrementen las compras online….. tendencias que aumentan la necesidad de la gestión y el almacenamiento de estos datos.
¿Y fuera de ese sector?
Si quisiéramos destacar una convicción concreta en Europa fuera de este sector, hablaríamos de Deutsche Bank. Históricamente ha sido una inversión poco interesante debido al exceso de capacidad del sector financiero alemán, por la baja rentabilidad de su unidad minorista derivada de los tipos negativos, entre otros factores. En 2018 se realizó un cambio en el equipo de gestión y es ahora cuando un año y medio después los cambios comienzan a dar resultados.