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10 cosas que nunca, jamás, debes decir antes de ser contratado

10 cosas que nunca, jamás, debes decir antes de ser contratado

Los procesos de selección nos dejan siempre una colección de momentos estresantes. Si a ello le unes el hecho de que la mayoría de los trabajadores de recursos humanos son especialistas en aprovecharse de la situación, tenderte la mano como si fueseis buenos amigos y hacer que cojas confianza hasta el punto de revelar cosas por las que luego te echarás las manos a la cabeza, es fácil terminar diciendo cosas de las que más tarde te arrepentirás y que pueden tirar a la basura tus oportunidades de conseguir ese empleo. Lo principal para evitarlo es centrar todas las energías en conseguir el trabajo, y dejar cuestiones accesorias – sueldo, cercanía, horario, vacaciones, planes futuros – para cuando tengas la oferta en la mano y llegue la hora de negociar y poner condiciones. En la siguiente fotogalería, diez cosas que jamás deben salir de tu boca antes de ese instante.

10 cosas que nunca, jamás, debes decir antes de ser contratado

1. “Este trabajo me ilusiona especialmente porque me queda muy cerca de casa”
¿En serio? ¿La cercanía y la comodidad son las dos cosas que más te motivan sobre esta nueva oportunidad laboral?

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2. “Actualmente mi mujer y yo estamos intentando tener un hijo / estamos en proceso de separación”
A tu entrevistador o potencial futuro jefe no le interesa tu situación en casa, ni tampoco tus planes familiares. En realidad, ni siquiera pueden preguntarte por ellos. Reserva tu intimidad para ti mismo, puede jugar en tu contra.

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3. “Si finalmente consigo este trabajo, necesitaría que dentro de unos meses me dieseis varios días libres para X”
¿Tienes unos billetes sacados para agosto? ¿O una boda a la que no puedes faltar? Cada cosa a su tiempo. Primero consigue el trabajo, luego ya negociarás tus días libres con quien corresponda.

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4. “Una de mis opciones para el futuro es volver a estudiar”
Error. Por mucho que sea cierto, el entrevistador no quiere oír otra cosa distinta a “en el medio-largo plazo me veo trabajando en esta compañía”. De lo contrario, se decantará por un candidato con el que realmente puedan contar, al que puedan formar, y que sea una inversión para el futuro de la empresa.

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5. “Mi objetivo en la vida es crear mi propia empresa”
Lo mismo. Da igual cuán cierta sea esta afirmación. Cuando te pregunten algo como que dónde ves dentro de diez años, o cuál es tu objetivo a nivel profesional, trata de dar una respuesta lo más relacionada posible con esa empresa o el sector. Si finalmente te cogen y, después de un tiempo, te das cuenta de que ese trabajo no es lo tuyo y quieres montártelo por tu cuenta, nadie te echará en cara que no avisaste.

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6. “¡Qué ganas tengo de dejar de buscar trabajo de una vez!”
Al oír esta frase el detector de desesperación con el que cuenta todo entrevistador comenzará a sonar intensamente. Evítalo a toda costa.

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7. “Ojalá consiga este trabajo, no aguanto ni un minuto más en la empresa para la que trabajo actualmente”
Lo mismo. El entrevistador debe percibir que quieres este trabajo porque te interesa, te apasiona, no porque estés desesperado y consideres que ésta es tu última salida a una situación que no soportas más.

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8. “Pronto tendré que cogerme una baja porque me han detectado – o a alguien de tu entorno – X problema de salud”
Nadie tiene por qué saber si están haciéndote pruebas por un problema de salud. Los empleados se ponen enfermos o tienen urgencias inesperadas constantemente, así que si finalmente consigues el empleo y realmente necesitas cogerte una baja para recuperarte, no debes sentirte mal por no haber avisado antes.

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9. “Estoy muy nervioso”
No, no queda gracioso. No, no rompe el hielo. No, no te hace más sincero y humano. Esta frase – por lo demás, muy manida – te hará parecer inseguro. Y nadie quiere contratar a alguien que no cree en sí mismo.

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10. “Espero que me contratéis, realmente necesito este trabajo”
El detector de desesperación ha vuelto a sonar, esta vez incluso con más fuerza que antes. El entrevistador debe sentir que la empresa te necesita, no al revés. Y menos por estar pasando necesidades económicas.

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