Aunque estudió ingeniería, David García Núñez tenía claro que su vocación estaba más encaminada hacia el servicio al ciudadano que hacia los cálculos de integrales. Tal vez por eso se encuentra hoy al frente de la comunicación del área de construcción del Grupo FCC y se ha convertido en el impulsor y presidente de MWCC, la asociación Madrid Capital Mundial de la Construcción, Ingeniería y la Arquitectura.

Madrileño de nacimiento y de corazón, David comenzó su andadura profesional en gabinetes y departamentos de comunicación de diferentes administraciones públicas. En su opinión, los primeros trabajos son clave, porque “forjan el devenir de las personas” y en su caso no tuvo mucha elección, porque le hicieron una propuesta que “no podía rechazar”. Asegura que durante su estancia allí estuvo comunicando “todo lo que hacíamos por y para los madrileños y madrileñas”, lo que supuso para él “un auténtico orgullo”. Tras su paso por la administración pública, se inició en el ámbito privado en Caja Madrid y después dio el salto a FCC, compañía donde actualmente desarrolla su gran pasión: comunicar.

“Si caemos debemos levantarnos, aprender y seguir corriendo. El trabajo no es una carrera de corto plazo, es una maratón”

Como defensor y enamorado del deporte —se levanta todos los días a las 5 de la mañana para entrenar— señala que “ante las adversidades nunca se derrumba” y que en la mayoría de los casos “los problemas se solucionan con trabajo, esfuerzo y optimismo”. Como él mismo explica, “si nos caemos debemos levantarnos, aprender y seguir corriendo. El trabajo no es una carrera de corto plazo, es una maratón donde debes administrar tus fuerzas, respiración y debes hidratarte según tus necesidades”. “En la vida hay que luchas por ganar y ganar y para ello debes establecer prioridades y apostar por tus ideas y proyectos”

Ni médico ni abogado

De pequeño dudaba entre la medicina y la abogacía, hasta que descubrió  “la vocación de servicio público” y su inquietud “por seguir aprendiendo cada día”, lo que le llevó a escoger el camino de la ingeniería para terminar trabajando en comunicación. La vida tiene sus devenires, pero a pesar de ello ha sabido mantenerse fiel a sus principios y valores, así como a su vocación de ayudar a los demás al ejercer como técnico de emergencias sanitarias en el SAMUR de Madrid y a la vez estudiar derecho a distancia, con lo que demuestra que “si se quiere, se puede”.

Se hizo voluntario del SAMUR porque “quería contribuir a ayudar a los que demandan nuestros servicios y ver la otra cara real de la ciudad”. Formarse como sanitario “y acompañar a los que más saben para atender urgencias es sin duda una de las mejores decisiones que he podido tomar y ya llevo más de 15 años con ellos”.

En estos momentos, lo más complicado de su labor profesional es “coordinar agenda, ajustar tiempos y dar respuesta a todas las necesidades que se derivan del trabajo en FCC y en la presidencia de MWCC”. Hasta ahora considera que está desarrollando de forma positiva ambos cometidos porque, en su opinión, “todo es cuestión de orden y trabajo”. La presidencia de MWCC le permite “colaborar con entidades públicas y privadas excepcionales con un objetivo común: trabajar por y para los ciudadanos y el ecosistema de la ciudad y su Comunidad Autónoma”.

De Madrid al cielo, desde el suelo

La idea de Madrid MWCC surgió con la finalidad “de mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, potenciando para ello los sectores en los que Madrid tenía una ventaja competitiva y que cumplían con dos requisitos: alta cualificación de los recursos humanos y uso intensivo de la tecnología”. Sus objetivos claros son “potenciar la construcción, ingeniería y arquitectura en Madrid y en España, consolidar el liderazgo internacional de nuestras empresas y visibilizar esta ciudad como el centro de referencia mundial en nuestro sector”. Para David, “no somos del todo conscientes del enorme potencial que tiene la ciudad y el país” y a través de este proyecto “queremos aprovechar al máximo todo su potencial crecimiento”.

“No somos del todo conscientes del enorme potencial que tiene la ciudad y el país”

Al preguntarle si la pandemia y la crisis económica han afectado en el devenir de este proyecto, su respuesta es contundente: “Este proyecto ya no tiene marcha atrás, es imparable”. Se constituyeron como asociación el 4 marzo del año pasado y “el 14 de marzo nos confinaron a todos”. David recuerda que “empezamos presentando el proyecto desde nuestros domicilios, algo impensable tiempo atrás. La acogida fue fría, pero poco a poco hemos sabido hacer calar el mensaje en el entorno empresarial y social de Madrid y de España. Mensaje con hechos, con trabajo y con proyectos reales, no sólo con un ideario”.

¿Por qué Madrid?

Madrid tiene una “estabilidad jurídica, fiscal y política como pocas ciudades del mundo” y es “un claro hub para la inversión extranjera, un marketplace donde las empresas e inversores conectan y desarrollan sus proyectos y donde si quieres emprender, existen oportunidades y ventajas únicas”. En opinión de David, “las administraciones públicas y privadas son conscientes de ello y por eso han generado un clima propicio para la inversión”. Su sueño para la ciudad que lo vio nacer es que acoja algún día unos Juegos Olímpicos. “Nos lo merecemos todos. La historia deportiva nos lo debe”.

Con más de 110 entidades públicas y privadas participantes, “nos hemos convertido en un referente en el sector y desarrollamos proyectos de movilidad urbana, conectividad, desarrollo urbano sostenible e innovación. MWCC es la suma de socios y entidades colaboradoras y nuestra esencia son tres T: Transparencia, Transversalidad y Trabajo”.

Antes de cumplir los 40 años, David García ha conseguido atraer empresas muy potentes a MWCC y asegura que lo ha hecho “con respeto, modestia, cautela, rigor y profesionalidad”. Gracias a la “transparencia, esfuerzo y trabajo de todo el equipo, hemos conseguido que entidades como FCC, Acciona, Ferrovial, Sacyr, Madrid Nuevo Norte o la Universidad de Navarra participen en el proyecto”.

Se siente especialmente orgulloso de las personas con las cuales ha compartido “tiempo, sonrisas, estrés, tensión y tristezas”, porque “te enriquece, te libera y sin duda te permite forjar amistades y seguir creciendo en lo que realmente te apasiona”. Además, le ha permitido demostrar varios puntos importantes, como son que “los jóvenes podemos y debemos desarrollar puestos de responsabilidad, la colaboración público-privada es más necesaria ahora que nunca y que hemos venido a transformar, crear y trabajar, rompiendo arquetipos preestablecidos que se ha demostrado que no funcionan”.

Embajador en su tierra

Si tuviera que hacer de guía de su ciudad durante un fin de semana, asegura que llevaría a sus amigos a primera hora a pasear por el Retiro o la Casa de Campo. “Después desayunaríamos en El Riojano, una pastelería que me trae tantos buenos recuerdos… y luego daríamos una vuelta por el Madrid de los Austrias, el barrio de Las Letras, La Latina y el Paseo del Prado. Comeríamos un bocata de calamares en la Plaza Mayor y nos iríamos de compras por la Gran Vía. Por la tarde visitaríamos el Palacio Real, La Almudena y el Teatro Real y por la noche, sin Estado de Alarma, saldríamos por Malasaña y Chueca, porque ésta es la ciudad que nunca duerme. El domingo iríamos a ver al Real Madrid, al Atleti o al Rayo Vallecano, y luego visitaríamos Vallecas, Hortaleza, Aluche o Carabanchel, barrios con la raza y fuerza que marcan Madrid. Mis amigos se irán pero querrán volver”.