Dinámica, vitalista, menuda, tiene voz de niña que nadie diría es suya: “A veces llaman y me preguntan si mis padres están en casa”, comenta. Feminista, lleva años peleando para que en el sector de la pornografía surja una asociación que proteja los derechos de actores y actrices.
¿Quién es el que gana dinero en el porno?
Las grandes compañías, esto es como cualquier negocio. Al final el que se queda con el lucro es el dueño de la compañía. Existe una compañía principal que es Mindgeek, es el monopolio de la industria pornográfica, tiene las principales productoras mainstream, incluso parte de Playboy es suya. Así que si tengo que mencionar a alguien que se está lucrando con este negocio son ellos. Nosotros, los que estamos en la base de la pirámide, al final vemos un 1% de lo que nuestro contenido está generando y es una de las razones por las que soy tan pesada diciendo que necesitamos más protección legal. Al final, los sueldos que estamos cobrando no tienen ningún sentido en comparación con el dinero que estas empresas ganan.
¿Cuáles son las productoras más poderosas?
Como compañía, la que te he comentado. Como productoras, las que son mainstream, las que van dirigidas a un público amplio: Brazzers, Digital Playground, Reality Kings, SexArt, Blacked, Tushy, Hard X, Mofos, Elegant Angel, Evil Angel, etc.
En esta industria todo se mueve en Los Ángeles, ¿por eso se marchó allí?
No es que todo se mueva en Los Ángeles pero este es el epicentro de la pornografía mundial.
Es donde la industria está más establecida, en Europa lo que llevamos haciendo todos estos años es copiar el modelo de la industria americana. Se han desarrollado otras cosas, hay filmografía que se sale de lo mainstream en Europa pero si hablamos de lo dirigido a un público mayoritario, EEUU y Los Ángeles son los más importantes. En un principio vine para trabajar pero luego me quedé por otros motivos, me gusta mucho la calidad de vida que tienes aquí, ganas cuatro veces más que en España, las cosas son más caras pero en realidad puedes ahorrar más dinero. En España sentía que estaba atrapada en muchos sentidos.
Tuvo su propia productora pero la cerró, ¿por qué?
En efecto, empecé en la pornografía detrás de las cámaras cuando tenía 19 años, al principio fue un poco ensayo y error, sin tener ni idea de administración empresarial y tantas otras cosas que necesitas para organizar una startup. Me lancé a la piscina y fue un desastre aunque pasado el primer año la cosa fue para adelante. Fue una experiencia muy buena, a través de la cual llegué a la pornografía como actriz y no me arrepiento. Pero cometí algunos errores: decidí incluir ciertos socios en la compañía y no salió bien, sentía que no estaba haciendo lo que yo quería y ese fue uno de los motivos para cerrarla. Y el segundo es que mi trabajo como actriz empezó a tener bastante importancia y lo que en principio era un hobby, se convertía en un trabajo. Era una dicotomía: o estar detrás de las cámaras teniendo una empresa, estando en un sitio fijo o viajar por el mundo como actriz.
Delante de las cámaras tengo una fecha de caducidad, la gente me querrá dejar de ver en un momento determinado, así que decidí ser actriz y en el futuro estar detrás de ellas y producir. No lo veo como un proyecto perdido sino como una forma de aprendizaje. Una vez cerré la productora empecé a trabajar como actriz y me está yendo genial.
¿Es rentable tener productora propia?
Es complicado, no tienes facilidades. Las herramientas online no puedes aplicarlas a tu negocio porque es pornografía, no puedes recibir pagos por Paypal porque banean los pagos por ser este tipo de contenidos, no puedes colgar tus trailers ni en Vimeo ni en Youtube ni en ninguna plataforma, aparte de las pornográficas, que tienen una calidad muy baja, y si estás haciendo un producto de calidad y luego lo cuelgas ahí le estás restando calidad a tu trabajo. A nivel herramientas no es fácil, necesitas una inversión inicial muy grande, si aparte de producir quieres distribuir necesitas servidores para ello. Además, es una industria muy cerrada y hermética, le cuesta mucho asumir nuevas tendencias, personas que hagan contenidos diferentes. La gente piensa que el porno es llegar y besar el santo, parece que esto es sencillo y no lo es.
¿Cómo es el trato a los actores y actrices?
Depende de la productora. De lo que me quejo es que no existe protección a nivel legal, no puedes reclamar si tienes un problema con una productora. Imagínate que una empresa se niega a pagarme, ¿cómo reclamo ese dinero si no tengo una cobertura legal? Estamos en un limbo, en un agujero que no es ilegal pero tampoco legal. En EE UU está mucho mejor, me siento más segura trabajando aquí. Está la asociación Apac, Adult Performer Advocacy Committee, que ya han resuelto varios problemas, por ejemplo, en California la prostitución es ilegal y de repente los bancos decidieron que el porno era prostitución y cerraron las cuentas a actores y actrices. Esta asociación consiguió un acuerdo con un banco para que pudiéramos tener allí las cuentas.
¿Hay un sindicato de actores porno?
No. No hay convenio colectivo, no hay ninguna asociación. Firmas unos contratos que muchas veces son abusivos: te pueden cambiar tu nombre en la producción, a mí me ha pasado; pueden utilizar todo el material que hayan producido, fotos, imágenes, etc.
¿Uno se mete en el mundo del porno para ganar pasta?
Depende de la persona, las habrá que sí y otras lo hacen porque les gusta. Desde luego si estás buscando un trabajo quieres ganar dinero con él, por mucho que sea vocacional. El porno no es diferente. Hay gente que lo hace porque quiere dinero rápido y otros porque quieren dedicarse a ello. A veces el objetivo es ganar dinero y otras, divertirse por el camino. Todo es legítimo.
¿Es verdad que las chicas ganan más que los chicos?
Es cierto, las chicas suelen ganar más o menos el doble que los chicos, algunas incluso el triple.
¿Hay algún hombre/mujer de negocios al que admire?
Voy a ser un poco típica pero me declaro fiel admiradora de Steve Jobs. Revolucionó el mundo de la tecnología a través del marketing. Decidió vender no solo teléfonos u ordenadores, sino la idea de ser poderoso a través de la tecnología.