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9 buenas razones para no ser el empleado perfecto

9 buenas razones para no ser el empleado perfecto

Claro que quieres ser un gran empleado, cumplir tus metas y hacer a tus jefes tan felices como a tus clientes. Claro que quieres ser un gran compañero de trabajo, que todos tus colegas te pidan opinión y te consideren no solo una eminencia, sino también alguien de fiar y con quien ir a tomar una copa después del trabajo. La imagen idílica es tan tentadora que es fácil perder de vista todo los aspectos negativos que lleva consigo. Y es que, ¿quién quiere ser empleado perfecto si ello significa que se aprovechen de ti y ser cómplice de decisiones nefastas o injustas? En la siguiente fotogalería te contamos diez buenas razones por las que no quieres ser el empleado perfecto.

9 buenas razones para no ser el empleado perfecto

1. Cuando siempre estás disponible para tu jefe, cuando y donde te necesite sin importar la hora o el día de la semana que sea, pronto esta buena disposición acabará dándose por sentada, y tu esfuerzo extra dejará de ser apreciado y valorado. Las horas extras pasarán a ser lo normal, y nadie te dará las gracias por ello.

9 buenas razones para no ser el empleado perfecto

2. Cuando una persona se marca como objetivo vital ser el mejor empleado de la oficina tiende a dejar de lado las verdaderas prioridades y a perder un poco el norte. No olvides que lo primero debe ser, siempre, tú mismo y la gente a la que quieres y que te rodea. Lo segundo es tu carrera. Y lo tercero, y solo lo tercero, tu jefe y tu trabajo actual, que merecen tu esfuerzo y que des lo mejor de ti cada día, pero nada más allá de eso.

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3. Cuando mantienes la boca cerrada para no expresar tus opiniones y punto de vista te conviertes en un miembro del rebaño, y solo un mediocre querría tener a alguien así trabajando para él.

9 buenas razones para no ser el empleado perfecto

4. Cuando escondes tu verdadera personalidad por miedo a no gustar a tu jefe o tus compañeros de trabajo te estás diciendo a ti mismo que no importas para nada. Nadie puede ser feliz en su empleo fingiendo ser alguien que no es; además de ser agotador, no te llevará a ningún sitio donde quieras estar.

9 buenas razones para no ser el empleado perfecto

5. Cuando creas en torno a ti mismo ese aura de ‘empleado perfecto’, oscureces a tu verdadero yo. Casi todos, al comenzar un nuevo empleo – especialmente si se trata de uno de los primeros trabajos – jugamos a desempeñar el papel del nuevo fichaje perfecto, rol que va relajándose hasta prácticamente desaparecer conforme vamos sintiéndonos cómodos en nuestro papel y puesto, y dándonos cuenta de que no hace falta gustar a todo el mundo. De hecho, es algo prácticamente imposible.

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6. Cuando empleas toda tu energía mental y emocional en tratar de hacer feliz a tu jefe en cada aspecto del trabajo, le creas una expectativa poco realista. ¿Qué pasará cuando falles y le decepciones?

9 buenas razones para no ser el empleado perfecto

7. Cuando acallas cada punto de vista y escondes tu opinión para no parecer controvertido o chocar con la de los demás, te ganas la reputación de persona sin convecciones. Eso significa que no confiarán en ti para tomar decisiones vitales para la compañía, ni para pedir recomendaciones de experto, ni para hacer frente a situaciones críticas, ni para obtener feedback objetivo y constructivo. Y mucho menos te verán como un líder.

9 buenas razones para no ser el empleado perfecto

8. Tratar de agradar y complacer a todo el que te rodea es agotador y, además, si entrenas a tu jefe y compañeros para que esperen de ti que seas el empleado perfecto, no te quepa la más mínima duda de que lo harán.

9 buenas razones para no ser el empleado perfecto

9. Cuando te muestras de acuerdo con ideas y planes preconcebidos que sabes que son nocivos para la compañía solo porque no te atreves a desmontar tu imagen de empleado perfecto revelándote, opinando u ofreciendo una opción alternativa que crees que es mejor, te convertirás en cómplice del fracaso en el que desemboque.

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