Balance entre estrategia y ejecución
Los empresarios, por lo general, terminan cayendo en una de dos categorías: estrategia o táctica. Pero los CEO exitosos poseen la capacidad de equilibrar ambas habilidades. Los buenos inversores se dan cuenta de que la estrategia y la ejecución deben permanecer en equilibrio para que una empresa tenga éxito. Hay dos maneras de lograr esto. En primer lugar, buscar fundadores que posean suficiente conciencia de sí mismos para conocer sus propias debilidades. En segundo lugar, buscar fundadores tengan la habilidad de pensar en grande y convertir los proyectos en una realidad.
Equipo “hambriento”
No hay lugar para la complacencia. Cada miembro del equipo, desde el fundador hasta el becario, tiene que mostrar un hambre de éxito. Si se entiende el nuevo proyecto como un trabajo de nueve a cinco, seguramente, falle. Los inversores buscan esta cultura de ambición en el momento de decidir a quién apoyar con su tiempo y dinero. Cada negocio se cruzará con obstáculos y desafíos al navegar por el mercado. Si un equipo está alineado, motivado y con “hambre”, casi todas las dificultades se pueden superar. Con esta actitud el equipo es activo y eso lo saben muy bien los inversores.
Integridad por encima de todo
Antes de que un inversor salte al aire desde un avión tiene que tener la confianza de que habrá un paracaídas que evite que se estrelle. Los inversores se sumergen en la maleza para entender el pasado de la compañía, presente y futuro rendimiento antes de tomar una decisión. Sin embargo, los empresarios deben aprender que los inversores se preocupan por la integridad más que de los resultados anteriores.
Cada compañía tiene retos y fracasos. Sin embargo, los problemas sólo se convierten en un verdadero problema cuando no son revelados. Los inversores quieren que los empresarios demuestren integridad y revelen los problemas en el inicio del proceso. Los empresarios deben reconocer esto y aprender a demostrar paciencia, integridad y una actitud colaborativa a través de todo el proceso.