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Adiós al “Made in China”

En los últimos años, el sector de manufactura chino ha sufrido un varapalo de receso en la demanda global por la migración a proveedores más baratos del este asiático. Algunos empresarios, viendo este nuevo panorama, creyeron que lo más conveniente en una situación como esta era crear su propia marca y vendérsela al mundo.

Muchos de estos negocios no forman parte de yuandan, el centro neurálgico de “fabricación extra” de las copias a marcas de lujo, también conocido como la cueva de Alibaba de Jack Ma. Sin embargo, hay algunos casos en los que las fábricas chinas producen bienes que tienen un gran parecido a los productos que ya hacen para sus clientes occidentales de marca, en vez de dedicarse a crear réplicas de lo que las marcas de lujo proponen en el mercado.

“Este movimiento es un acto de autoprotección”, asegura Gerhard Flatz, director general de KTC, empresa que manufactura calzado deportivo premium en China. “La manufactura está cambiando. Si las empresas quieren seguir vivas tienen que renovarse. Es un negocio difícil, igual que su posición y en esta guerra ellos tienen poco que perder”.

Creando marcas

Take Tuscan, una marca de artículos de piel perteneciente a Sitoy, una fábrica ubicada en la provincia de Guangdong en China, produce para Michael Kors, Prada y Tumi. Tuscan tiene sus raíces en Florencia, pero desde hace cinco años, Sitoy consiguió una licencia de derechos de marca fuera de Europa y ha funcionado más como una empresa china.

Sitoy ahora diseña los bolsos Tuscan desde Dongguan y maneja un grupo de tiendas monomarca que se pueden encontrar en todo China. Estos bolsos de alta calidad tienen un precio asequible ( 150 dólares en comparación con los 1.500 dólares que puede tener un diseño equivalente). También es verdad que existen algunos modelos que tienen demasiadas similitudes con los modelos de marcas internacionales. Este es el caso de el modelo “Bridgette”, el tote bag de la marca Michael Kors.

Otro caso es el de CocoMojo, una marca de accesorios con sede en Hong Kong. Una empresa supervisada por Wendy Mak, la hija de un importante fabricante chino. Esta marca ha producido para firmas internacionales como Marc Jacobs, Prada y Coach durante muchos años. Aunque pretende alejarse de la copia, sus siluetas o la combinación de colores vivos en un mismo producto pueden recordar a los modelos de las marcas de lujo, como el modelo “Edie” de la firma Coach. A diferencia de Tuscan, CocoMojo parece ser un proyecto personal a pequeña escala para Wendy Mak , quien muy probablemente heredará el imperio de su padre algún día.

¿Diseños inspirados o imitaciones?

“En esencia, las firmas están preocupadas por la dilución de los modelos icónicos de sus bolsos, ya que estos son en sí mismos una forma de crear marca”, afirma Liz Flora, editora jefe de Jing Daily, que publicó a principios de este año el artículo “Falsificaciones y el mercado online de China”. “Algunas marcas, en cambio, son inmunes a esto. Es el caso del bolso Birkin de Hermès. En Toabao se pueden encontrar falsificaciones de este modelo, pero en una subasta de Hong Kong se vende uno verdadero a un precio record”, continúa contándonos la editora jefe Liz Flora.

Otras figuras tienen más simpatía por la fabricación de marca. Este fenómeno se puede ver desde la perspectiva de aumentar el margen de beneficios ante este mercado cambiante y feroz.

Oportunidad para reinventarse

Aunque es tentador tener una reacción negativa ante el fenómeno, en el fondo podría ser beneficioso no solo para algunos clientes finales, sino también para otros componentes de la industria. La imitación sigue siendo un gran problema en el sector manufacturero de China pero si deciden alejarse de la copia de diseño podrían llegar a encontrarse en una posición mucho más privilegiada.

Después de años en los que el mercado chino se ha ajustado a los estándares occidentales, las empresas tienen ahora la oportunidad de contratar a jóvenes diseñadores chinos, formados en el extranjero, con los que poder ofrecer la potente combinación de ropa original, de calidad y con unos precios competitivos.

Sin embargo, sería ingenuo pensar que el aumento de las marcas blancas tiene que ver con la fructífera unión de la creatividad y la economía. Esto podría funcionar en casos aislados, pero tal y como aseguran los analistas, una solución más inmediata tendría que ser el examen que tanto las marcas occidentales como las fábricas chinas deben hacer sobre sus prácticas de trabajo.