Unicaja ha decidido mover ficha en uno de los terrenos más disputados del sistema financiero español: la banca de empresas. La entidad ha intensificado su estrategia para reforzar su posicionamiento frente a gigantes como Santander, BBVA y Bankinter, en un contexto marcado por la normalización de los tipos de interés, la presión sobre los márgenes y la creciente demanda de financiación especializada por parte del tejido empresarial.
El banco ha puesto el foco en impulsar el crédito a empresas y pymes, apoyándose en su fuerte implantación territorial —especialmente en Andalucía, Castilla y León y Extremadura— y en una reorganización interna orientada a ganar eficiencia comercial y capacidad de análisis de riesgos. El objetivo es claro: crecer en volumen de negocio sin sacrificar rentabilidad ni calidad crediticia.
Según fuentes del sector, la estrategia de Unicaja pasa por una mayor especialización de sus equipos, el refuerzo de la relación con empresas de tamaño medio y una oferta más competitiva en financiación, circulante y servicios asociados. Todo ello en un escenario en el que los grandes bancos han redoblado su ofensiva comercial para captar clientes empresariales ante la moderación del negocio hipotecario.
La banca de empresas se ha convertido en una palanca clave de crecimiento para el sector. Santander y BBVA cuentan con divisiones internacionales y una fuerte capacidad de financiación estructurada, mientras que Bankinter ha consolidado su perfil como banco especializado y de alto valor añadido. Frente a ellos, Unicaja busca diferenciarse por proximidad, conocimiento del cliente y rapidez en la toma de decisiones.
El movimiento se produce, además, en un momento en el que las entidades ajustan sus carteras tras varios ejercicios de fuerte crecimiento del margen financiero. Con la previsión de tipos más estables, la competencia por el crédito solvente se intensifica, y la banca de empresas emerge como uno de los pocos segmentos con recorrido estructural.
Desde el banco subrayan que el refuerzo de esta área no implica abandonar otros negocios, sino equilibrar el mix de ingresos y reducir la dependencia de actividades más cíclicas. En paralelo, Unicaja continúa avanzando en eficiencia operativa y digitalización, claves para sostener su estrategia en un mercado cada vez más exigente.
En un tablero dominado por grandes grupos, la ofensiva de Unicaja refleja cómo las entidades medianas buscan ganar relevancia en nichos estratégicos para no quedar relegadas en la próxima fase del ciclo financiero.
