A día de hoy la Dra. Carla Barber se ha convertido en todo un icono en el mundo de la medicina estética. Con tan sólo 30 años, ejerce su profesión en tres clínicas que llevan su nombre en Madrid, Valencia y su ciudad natal, Las Palmas de Gran Canaria y dirige un equipo de más de 30 profesionales. Licenciada en Medicina por la Universidad de Las Palmas y Máster en Medicina Estética y Antienvejecimiento por la Universidad de Alcalá de Henares, tiene claro que las claves de su éxito y posicionamiento dentro del sector son muchas: “La primera y más importante es no tener miedo a arriesgar; siempre me dicen que soy un poco impulsiva, pero creo que esa es una característica me ha ayudado mucho en mi emprendimiento como empresaria”.
Aun así, considera que, además de ser bueno en lo que se hace –y hacerlo con pasión–, tener los pies en el suelo es importante, y sobre todo “rodearte de un equipo que permita hacer evolucionar los proyectos que tienes en mente, y no escatimar a la hora de trabajar con los mejores proveedores y productos, saber comunicar y transmitir”. Para ella, ser mujer y empresaria ha sido todo un reto en un mundo como el de la medicina estética copado –hasta ahora, poco a poco está cambiando– por los hombres. “No pertenezco al arquetipo de una médico y empresaria, eso me ha traído bastantes disgustos, pero yo sigo siendo como soy porque creo que es mi esencia”. Las redes sociales, de las que disfruta y usa a menudo, han jugado una destacada labor en su crecimiento profesional: “Me preocupo mucho por transmitir los mensajes correctos y que lleguen a mis seguidores; es una publicidad gratuita que si hubiera tenido que pagarla hubiera sido demasiado elevada como para poder permitírmela cuando empecé”.
Los tratamientos para mejorar la mirada y las arrugas del tercio superior son los trabajos más demandados actualmente. Y aunque en su cabeza rondan planes de ampliación y expansión, con esa que su gran preocupación es mantener la calidad en todas sus clínicas, tanto médico estética como a nivel de servicio. “No vendemos camisetas sino atención personalizada al cliente, belleza, cuidados… Al final somos una empresa médica que requiere de un nivel muy potente de profesionales”.