1. Zanja trabajos con toda la antelación posible, no lo dejes para el último día o te verás obligado a posponer tus vacaciones, llevarte el trabajo puesto encima o, simplemente, irte con mal sabor de boca.

2. Anticípate a lo que esté por venir cuando tú estés de vacaciones si no quieres que nadie se encargue de ello excepto tú. Intenta acercar los plazos de entrega o haz horas extra si es necesario.

3. Eso sí, deberías delegar si no quieres que te dé un síncope. Busca una persona de confianza, que seguro que la tienes, y no lo pienses más.

4. Busca un responsable de tu área para cuando tú no estés (y no lo dejes para el último momento).

5. Dile a tus clientes más cercanos cuáles son tus fechas de vacaciones para que sepan a qué atenerse cuando te llamen y no estés o cuando te manden un correo.

6. Email automático como respuesta para todos aquellos que quieran contactar contigo y no estés. Pon tu fecha de salida y tu fecha de vuelta.

7. Hazle saber a tu jefe que vas a dejar tu móvil de empresa en casa, que tus vacaciones son sagradas…

8. Y también haz saber a tus compañeros/empleados que cuando te vayas de vacaciones no te molesten a no ser que sea una urgencia (pero urgencia de verdad).

9. Deja por escrito y manda en un mail las dudas más frecuentes de tus empleados o equipo. Te ahorrarás la típica llamada gritando “¿y esto cómo se hacía?”

10. Ahora sí que sí… ¡disfruta de tus vacaciones!