Cada paso que damos deja huella en el planeta. Sin ir más lejos, solo en Europa se generan 2,5 millones de toneladas de residuos al año, fruto del actual sistema productivo de ‘usar y tirar’. Y si atendemos al mundo en su totalidad, lógicamente esta cifra se dispara… Además, las previsiones no son nada esperanzadoras debido a la superpoblación planetaria: según Naciones Unidas, en 2050 pasaremos de los 7.700 millones de habitantes actuales a los 8.500; lo que se traduce en más residuos, más emisiones, más perjuicio medioambiental… Por eso es de vital importancia que todos los actores sociales (individuos, empresas y Administraciones públicas) trabajen codo con codo para poner freno al problema.

“Una gran parte de la ciudadanía tiende a pensar que los mayores responsables en temas de protección medioambiental son el Gobierno o las grandes empresas. Pero desde su posición, la población puede exigir a las Administraciones los cambios en la gestión medioambiental que consideren oportunos y dirigir su estilo de vida hacia un modelo más sostenible, tanto a la hora de gestionar bien los residuos como a la hora de consumir productos respetuosos con el medio ambiente”, apunta Manuel Merchán, presidente de la Asociación Chelonia, organización sin ánimo de lucro dedicada a la conservación, investigación y planificación de recursos naturales marinos, costeros y continentales.

Por su parte, Estíbaliz López-Samaniego, directora de Proyectos de la Asociación Vertidos Cero, afirma que la responsabilidad en materia medioambiental es compartida: “Todos somos habitantes del mismo planeta y nos compete de igual manera. Otra cosa es la capacidad de impulsar soluciones que cada uno de los agentes sociales tiene. Nosotros creemos que las acciones que generan mejores resultados son las que van desde la iniciativa ciudadana hacia arriba, y son las empresas y Administraciones las que deben acompañarlas, apoyarlas e integrarlas en su hoja de ruta para la protección del planeta”.

Ambas asociaciones, Chelonia y Vertidos Cero, colaboran activamente con Coca-Cola España en su proyecto Mares Circulares, una iniciativa que forma parte de su amplia política de Responsabilidad Social Corporativa en materia medioambiental, y que en este caso en concreto hace frente a los residuos marinos e impulsa la economía circular a través de tres líneas de acción: la limpieza de costas y mares, sensibilizar a la población sobre la necesidad de reciclar y buscar soluciones –desde el ámbito académico y empresarial– a la contaminación marina“.

Desde la Asociación Chelonia se gestiona la parte científico-técnica de Mares Circulares. “Nuestro equipo se encarga de realizar monitorizaciones de las basuras de las playas que están incluidas en el proyecto en las cuáles se realizarán labores de limpieza. Estos monitoreos consisten en un análisis de la condición de la playa y del tipo de residuos que se pueden encontrar. Además, también participamos en limpiezas gestionando la correcta separación de residuos y formando al voluntariado en materias de reciclaje”, explica Merchán.

En cuanto a la labor de Vertidos Cero dentro de Mares Circulares, la entidad es responsable de impulsar y coordinar las acciones de fishing for litter de la flota pesquera de 15 puertos en España y Portugal. “Se trabaja desde la formación del sector en la problemática de las basuras marinas, apoyo a la adecuada gestión del residuo que encuentran mientras faenan a su llegada a puerto, coordinación para la adecuada gestión y separación del residuo y control de los materiales hasta que son tratados en la planta de reciclaje”, apunta López-Samaniego.

Proyectos como Mares Circulares nos abren una ventana de esperanza ante el futuro del planeta. “Gracias a las actividades de formación y recogida, nuestro optimismo aumenta, puesto que vemos que cada vez es mayor el número de personas preocupadas por encontrar una solución para el problema de las basuras, y que están dispuestas a cambiar sus hábitos”, opina Merchán. “Lo importante, lo que Chelonia siempre recuerda, es que tenemos que remar todos en la misma dirección y que cada pequeña acción, por muy simple que parezca, supone un paso más hacia la protección medioambiental”.

En esta misma línea, López-Samaniego afirma que actualmente existe un mayor interés por este tema, aunque advierte que “la labor es mucha y compleja. En el caso de las basuras marinas en fondos, que son aproximadamente del 70% del total, se nos añade el hecho de que son materiales persistentes difíciles de localizar y eliminar. Aunque logremos reducir su llegada al medio, aún nos queda todo lo ya vertido y aún no sabemos bien valorar su impacto”. Por eso, asegura que “proyectos como Mares Circulares son fundamentales para avanzar en la solución del problema, tanto por sí mismos, como por su efecto demostrativo para poner en marcha este tipo de acciones en otras zonas”.