La alta floristería no solo embellece espacios, sino que también establece una estrecha relación con el mundo artístico. Entrevistamos a Víctor Ramos Ruiz, gerente de PANAME Floral Studio, que nació en 2021, y que destaca cómo las flores juegan un papel crucial en la ambientación y distinción de establecimientos comerciales, hoteles y restaurantes. Que no son un adorno más está claro.

Víctor Ramos resalta la creciente tendencia de integrar el arte floral en instalaciones artísticas, transformando elementos urbanos en verdaderas obras de arte efímeras, como su reciente intervención en una parada de autobús en San Sebastián.

Todo ello, bajo la atenta mirada del calendario. Desde comercios buscando decorar fachadas con guirnaldas en Navidad hasta clientes que buscan ramos para embellecer sus hogares en primavera: la diversidad, sin duda, refleja la versatilidad del negocio.

¿Qué relación tiene la alta floristería con el mundo de los negocios?

La floristería se relaciona de forma muy cercana con la decoracion de espacios y menos a menudo aunque no de forma menos importante con el mundo del arte. La distinción que aporta la flor en un establecimiento tanto un hotel como un restaurante o una tienda es un elemento difícilmente reemplazable. La capacidad de adaptación del arte floral permite decorar un mostrador, una fachada para Navidad o cualquier cosa que su imaginación le permita.

En cuanto a la relación de la floristería con el mundo del arte poco a poco se van viendo más instalaciones artísticas basadas en la flor. Justo este domingo 21 de abril intervine en una parada de autobús en San Sebastián cubriendo la marquesina de flor y plantas transformando así un mobiliario urbano en una «obra de arte».

¿Qué tipo de clientes predominan?

Los clientes varían mucho dependiendo de la temporada. En Navidad son comercios para decorar fachadas con guirnaldas, de cara a la primavera mas clientes que compran ramos para decorar las casas. Es un sector en el que el tipo de cliente varía mucho dependiendo de la fecha.

¿Cada vez se piden propuestas más arriesgadas?

Por supuesto. Yo me forme en París y llegué con un montón de ideas; un poco locas a veces… Al principio trataba de ser más comercial o más clásico, ahora ya me conoce más el cliente y puedo permitirme expresarme más.

¿Cuál es tu cliente soñado?

El cliente soñado es sin duda el que confía en tu forma de hacer las cosas.

¿Crees que la creatividad es una pieza clave para un negocio como el tuyo?

Creo que en mi caso es un factor importantísimo la diferenciación con el resto, el hecho de aportar algo mío que sale de mí. A nivel práctico se puede sacar adelante un negocio como este «copiando» un modelo o estilo ajeno.

¿Cómo te acercaste al mundo del diseño floral?

Yo estudié moda en un principio luego trabaje como escaparatista en Paris hasta que decidí formarme como florista en la École Nationale de Floristes de Paris. Evidentemente fue una locura por que allí el nivel de trabajo es brutal y yo no sabía decir ‘no’ a ningún proyecto. Creo que esto fue lo que me ayudó a formarme bastante rápido.