La inteligencia artificial ha venido para quedarse. Pero ¿cómo debe integrarse en la estructura de las empresas? ¿Qué beneficios y qué riesgos conlleva su uso? ¿Y qué impacto generará en las personas, tanto empleados como clientes? Forbes, junto con Capgemini, organizaba el pasado mes de marzo un evento, en el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza de Madrid, para intentar dibujar la hoja de ruta que debe seguir la implantación de la inteligencia artificial en los modelos de negocio para acelerar el valor Al encuentro acudieron más de 100 directivos de distintos sectores interesados en conocer la visión y las experiencias de los ponentes invitados.
La periodista Mónica Valle era la encargada de conducir la jornada, y reflexionaba sobre las posibilidades que puede ofrecer la inteligencia artificial generativa (IA generativa) al ámbito empresarial, que serán “casi infinitas”. De este modo, daba paso a una interesante conversación entre el CEO de Forbes, Ignacio Quintana, y Luis Abad, CEO DE Capgemini España, quienes destacaban la alianza entre ambas empresas, las cuales compartían la misma inquietud por el conocimiento, el desarrollo y la innovación.
El CEO de Forbes señalaba cómo la inteligencia artificial (IA) está acelerando y potenciando todas las áreas de negocio, y cómo se ha convertido en una herramienta indispensable y en una clara ventaja competitiva. “La tecnología se ha descubierto como un acelerador del cambio. En 2023 el foco estaba en diseñar un plan de implantación, en el que se definiera las soluciones para ganar eficiencia, y trabajar el uso ético de la IA generativa. Este año nos vamos a centrar en su implantación a escala”, afirmaba Abad.
Esto daba pie a que Quintana preguntara a su compañero de mesa si, en la actualidad, es posible desligar la innovación del uso de la inteligencia artificial. Para el CEO de Capgemini la innovación ha sido, es y será la clave para cualquier tipo de evolución: “Sin innovación las compañías languidecen”. Y apuntaba que la IA es un acelerador de esta innovación, y que, aplicada a la investigación, “va a cambiar drásticamente la cultura de las empresas, y la forma en cómo se hacen las cosas”. Por ello, destacaba que es importante hacer una gestión de cambio adecuado, tanto en el ámbito de las personas como en el de la relación con los clientes.
Ignacio Quintana se mostraba de acuerdo con las palabras de Abad, y agradecía su colaboración en la difícil tarea de amplificar y dar a conocer las numerosas posibilidades que ofrece la IA al mundo de las empresas.
El presente y el future de la IA
Tras esta charla, Mónica Valle presentaba a Clarisa Martínez, Director Data, Analytics and AI I CoE en Capgemini, quien era la encargada de describir cómo la aparición de la inteligencia artificial generativa ha acelerado el valor de negocio. Para la experta, su irrupción ha obligado a que las empresas piensen en cómo pueden incorporarla a sus estructuras: “En 2024, la inteligencia artificial generativa va a acelerar el desarrollo de producto y a hacerlo mejor, pero también a permitir dar un gran salto en investigación”.
Asimismo, Martínez insistía en que su uso debe ser democrático, por lo que debe ser entendible y accesible para todos. Y hacía hincapié en que la inteligencia artificial generativa será una palanca fundamental en el desarrollo de la industria inteligente, incluido el desarrollo de software: “La IA nos ofrecerá la posibilidad de reducir el tiempo de respuesta; y esta será más eficiente”.
No obstante, la directiva de Capgemini apuntaba que la IA generativa puede cometer errores, por lo que es necesario proporcionarle información para corregirse y adaptarse: “Hay que escalar la seguridad, y gobernarla para que sea eficiente”. Y cerraba su intervención citando una inspiradora frase del creador de Microsoft, que animaba a mirar al futuro con esperanza, pero también con sed de conocimiento y un fuerte carácter innovador.
Un cambio de paradigma
La presentadora recogía las aportaciones de Martínez, y destacaba una de sus ideas: la de democratizar la inteligencia artificial. Esto la llevaba a preguntarse acerca de cuál va a ser su evolución. Y, para dar respuesta a esta difícil pregunta, llamaba al escenario a los integrantes de la primera mesa redonda de la jornada, formada por Ubaldo González, Director de Data analytics e IA de MAPFRE España; David Villaseca, CDO de Cepsa; y Elena Gil Lizasoain, directora de Inteligencia Artificial y Big Data en Telefónica Tech.
Moderada por José Luis Palermo Maeso, Director de Capgemini Invent este debate tenía como título: “IA, de la experimentación a la transformación real”. Y tenía como objetivo descubrir cómo ha transformado la IA los mercados laboral y empresarial, y en qué momento se encuentran ambos. “Estamos viviendo un momento de cierto vértigo, pero las oportunidades que ofrece la IA (tanto la IA Generativa como la conocida como tradicional) son indiscutibles. No obstante, aún queda un gran recorrido, y es importante describir el rol que va a jugar la experimentación. Se trata de transformar procesos, pero hay que testarlos para convencer del valor que aporta esta tecnología”, afirmaba Elena Gil Lizasoain.
Ubaldo González se mostraba de acuerdo, y añadía a esta disertación la importancia de elegir bien, y de avanzar con decisión. Y Villaseca apuntaba la idea de que la IA debe ser también sostenible y responsable.
En cuanto a los desafíos que las empresas enfrentan al implementar la inteligencia artificial en sus operaciones, el directivo de MAPFRE España señalaba que uno de ellos es la dificultad de atraer y mantener el talento. “Esta tecnología avanza muy rápido, y es complejo contar con el talento necesario para adaptarse a este cambio”, resaltaba la directiva de Telefónica Tech.
En línea con esta afirmación, Villaseca sostenía que el primer reto al que se enfrenta su implantación es el de lograr la aceptación y la adaptación de las personas, y que para ello debe existir una regulación que permita hacerlo de una forma adecuada y democrática: “Cada empresa debemos construir nuestros propios guardarraíles, y asumir nuestra propia responsabilidad a la hora de adoptar la IA. Solo así conseguiremos un impacto positivo para todos”.
No en vano, el directivo de MAPFRE y Elena Gil destacaban la idea de que la IA debe estar al servicio de los objetivos de la empresa, y no al revés. Y que para ello es vital contar con un grupo de expertos que tengan la capacidad de extenderla y democratizarla. “En Telefónica estamos utilizándola para mejorar el trabajo de las personas que están en campo, y en la atención al cliente. No podemos obviar que la IA está cambiando la forma en cómo nos relacionamos con nuestros clientes. Esta debe estar dirigida a solucionar sus necesidades”, explicaba Gil Lizasoain.
En este punto, José Luis Palermo preguntaba a sus compañeros de mesa cuáles han sido los errores que se han cometido a la hora de incorporar la inteligencia artificial, y cómo se han solucionado. Para la directiva de Telefónica Tech el principal error había sido el de dejarse arrastrar por la “ola”, pero defendía que esta tendencia no había sido totalmente negativa, ya que había permitido experimentar y aprender: “Ahora ya estamos preparados para aplicar esa tecnología en aquellos procesos en los que realmente aporta valor”. “Es importante poner el foco en el caso de uso táctico, y utilizar la IA a la velocidad que queremos y donde verdaderamente es necesaria”, añadía Ubaldo González. Y el responsable de Cepsa incorporaba un nuevo concepto: el de la colaboración, tanto interna como externa.
“¿Existe una resistencia al cambio?”, preguntaba el directivo de Capgemini al resto de participantes. Ubaldo González exponía que la IA debe acompañar a los empleados y empoderarlos para tener la máxima satisfacción: “El usuario siempre debe estar en el centro. Y para ello, la transparencia, la comunicación y la formación son fundamentales”. Y es que, aunque Villaseca confesaba que existía el miedo al cambio, ratificaba la idea de que es primordial “ofrecer las herramientas y las soluciones necesarias a nuestros empleados para que se conviertan en copilotos especializados de la inteligencia artificial”. Asimismo, la directiva de Telefónica Tech insistía en la importancia de hacer partícipes a todos y cocrear ideas de cómo mejorar las herramientas de IA.
Y es que José Luis Palermo apuntaba el hecho que estamos frente a una nueva revolución industrial, que va a transformar nuestra forma de vivir y trabajar. “Estamos haciendo historia. Vamos a crear empresas inteligentes, que tengan un alto impacto en la sociedad”, aseguraba el directivo de Cepsa. “Vamos a dar el siguiente salto de la eficiencia”, añadía Gil Lizasoain. Y concluía Ubaldo González: “Vamos a crear empresas cada vez más humanas. Es interesante como la IA nos va a hacer más humanos dentro de la empresa”.
Innovación y cultura empresarial
No obstante, pese al vértigo que pueda representar la adopción de la inteligencia artificial, lo cierto es que esta ofrece grandes oportunidades, exponía Valle. De este modo, presenta el panel de expertos que iban a acompañar a la periodista Belén Chiloeches, en la siguiente mesa redonda de la jornada: “La evolución de la innovación impulsada por la IA”. Este estaba formado por: Sandra de Lucas, Head of Digital Airbus España; Thibaut Bonneton, Director of Digital Sales & Telesales de Orange España; Juan José Casado, Chief Digital & Data Officer de Repsol; y Jorge Pou, director de Innovación y Operaciones Comerciales de GSK España.
La moderadora recordaba que hacía un año aproximadamente Capgemini, junto con Forbes, había organizado una jornada similar, hecho que le servía para preguntar a los ponentes sobre la evolución que ha protagonizado la IA durante este tiempo: “¿Qué papel está teniendo la inteligencia artificial generativa como motor para la innovación?”.
Juan José Casado no tenía dudas sobre el hecho de que representa una oportunidad para generar valor. “Es un motor de conocimiento brutal, que potencia la creatividad y que nos va a permitir nuevos avances en innovación, pero también en ciencia”, afirmaba el representante de Repsol. Algo con lo que se mostraba de acuerdo Sandra de Lucas, puesto que sostenía que “la IA ha revolucionado nuestra vida personal y profesional”, pero que para acompañar a este cambio es vital contar con equipos multidisciplinares.
En su turno de palabra, Thibaut Bonneton señaló que la IA ha modificado las reglas de juego: “La interacción humana no va a cambiar, pero se va a convertir en un modelo híbrido, en el que deberemos aprender a hablar con la ‘máquina’”.
Belén Chiloeches aprovechaba estas disertaciones para preguntar sobre ejemplos concretos del uso de inteligencia artificial. De nuevo, Pou era el primero en responder y sostenía que el uso de la IA estaba ayudando a impulsar aún más las capacidades analíticas y de reporte: “Nos ha permitido desarrollar e implantar soluciones que nos ofrecen la posibilidad de interactuar con los pacientes y ayudarles en el manejo de las enfermedades”. “La IA está contribuyendo a mejorar la eficiencia energética en el ámbito industrial. En cuanto a la IA generativa, actualmente en Repsol tenemos en marcha entre 30 y 40 casos que afectan a todos los roles y personas”, señalaba Juan José Casado.
Sandra de Lucas apuntaba que las posibilidades de esta tecnología son enormes y que en Airbus llevan tiempo aplicándola para mejorar los servicios de visión por computadora en imágenes satelitales, pero también para la seguridad y para dar soporte a la aerolínea: “Un ejemplo de uso de la IA es el de establecer y definir rutas que no sólo respondan a parámetros económicos, sino también medioambientales”
Por su parte, el directivo de Orange, añadió que “en el mundo de plataformas de atención al cliente, la IA nos ayuda a dar una respuesta rápida y precisa sus preguntas. Y nos ofrece la posibilidad de procesar los datos que obtenemos de esas interacciones para saber qué necesitan”
Pese a las múltiples oportunidades que presenta la inteligencia artificial, la moderadora apuntaba que su uso también conlleva una serie de riesgos y retos. “En el ecosistema de salud tenemos un reto con el dato. Para nosotros es muy importante la regulación del dato sanitario, que permita el uso secundario para la innovación en salud y en investigación”, recalcaba el directivo de GSK España. Para Juan José Casado otro de los desafíos estaba relacionado con la innovación: “Debemos desaprender para hacer las cosas de otra forma y lograr cambiar los procesos, así como adaptarnos al ritmo al que avanza la tecnología. Será la única manera de aportar valor”. Aunque Bonneton y De Lucas estaban de acuerdo con ambas afirmaciones, esta última ponía el acento en el reto que supone la ciberseguridad y la falta de regulación, lo que hace que “exista una gran incertidumbre en torno a la integración de las personas en el nuevo ámbito laboral”.
Por ello, tal y como apuntaba Chiloeches, hay que hacer partícipes a todos los equipos, pero ¿cómo se consigue esa incorporación? Jorge Pou señalaba que en GSK están apostado por crear una estructura organizativa que tenga en cuenta el cambio de paradigma que ha supuesto la incorporación de la tecnología y la inteligencia artificial; mientras que De Lucas y Casado explicaban que, tanto en Airbus como en Repsol, han apostado por guiar a sus empleados a través del aprendizaje de cómo “extraer el mayor partido” a estas herramientas.
Por su parte, Thibaut Bonneton afirmó que el objetivo debe ser el de crear una cultura de uso ética, y Belén Chiloeches cerró esta mesa redonda recogiendo este mensaje: “Las empresas deben compartir conocimiento, y crear una cultura de la IA”.
La IA y el papel de la Administración pública
La periodista Mónica Valle volvía al escenario para no abandonarlo, ya que iba a mantener una charla con Fernando de Pablo, director general de la Oficina del Ayuntamiento de Madrid, para descubrir a qué retos se enfrenta la institución pública ante la incorporación de la inteligencia artificial.
Fernando de Pablo se declaraba un “tecno-optimista” y aseguraba que, aunque la IA es, sin ninguna duda, un acelerador para la automatización de muchas tareas administrativas, hay que aprender a gestionar los retos que presenta: “La IA nos va a ayudar a mejorar la calidad de los servicios que se prestan a los ciudadanos y a incrementar nuestra productividad y eficiencia interna, pero hay que seleccionar aquellos procesos que vayan a tener un mayor impacto en la sociedad”.
A la pregunta de cuáles son los mayores desafíos que supone “delegar” la toma de decisiones a la IA, el responsable del Ayuntamiento de Madrid indicaba que para llegar a este punto primero es necesario que exista una regulación europea, como la que se acaba de aprobar con el AI Act, que abarque tanto a las instituciones públicas como a las privadas: “La legislación no es una barrera para la innovación, ya lo vimos en su momento con la normativa de protección de datos. Las administraciones públicas tenemos que generar confianza en la sociedad, y debemos ser prudentes en el uso de la IA minimizando sus riesgos. Tenemos que encontrar el equilibrio entre la privacidad y la personalización, y ser totalmente transparentes en la definición de los límites éticos del uso de esta tecnología”.
Mónica Valle reflexionaba sobre la necesidad de poner límites, e interrogaba a Fernando de Pablo sobre el uso actual que se está haciendo de la IA en la administración pública. “La IA se ha popularizado con ChatGPT, pero se lleva utilizando desde hace muchos años. El cambio ha venido con la IA generativa, que nos permite automatizar servicios que hasta ahora pensábamos que sólo podían realizar las personas y mantener la información actualizada en todo momento, en tiempo real. Y esto supone una hiperautomatización, que no debe tiene riesgos si se realiza de una forma ética”.
En este punto, el responsable del Ayuntamiento de Madrid señalaba la importancia de poner el foco en la ciberseguridad, pero también en grandes posibilidades que puede ofrecer la IA, siempre y cuando “se utilice con sentido común para garantizar los derechos de todos”. De Pablo concluía su intervención diciendo que la “IA es un tsunami que debemos afrontar con positividad”.
Una mirada al futuro
La jornada terminaba con una mirada al futuro. Para ello, la presentadora daba paso a la ponencia de Raúl Bartolomé, Managing director de Insight & Data Europe de Capgemini, quien era el encargado de mostrar “las tendencias que nos esperan”.
Bartolomé reflexionaba sobre como la IA ha cambiado no solo la forma de hacer negocios, sino también la de trabajar: “A través de esa interacción estamos cambiando, evolucionando, y nos estamos convirtiendo en algo parecido a los cyborgs”. No en vano, apuntaba que gracias a la IA ya no estamos tan centrados en las tareas, sino en el análisis del dato que nos aporta esta: “Una de las ventajas de la IA es que es capaz de entender la información, estructurarla y facilitar los datos precisos para realizar esa analítica. Esa es la clave”.
A la pregunta de “¿qué nos espera?”, el directivo de Capgemini respondía que no es posible aventurar una predicción a largo plazo, debido a que el desarrollo de la IA “nos pasa por encima y va más rápido que nuestras expectativas”: “Cada vez va a haber más modelos, y tipos de modelos. Ya no estarán únicamente relacionado con el lenguaje. Un ejemplo de ello es que este año seremos testigos del surgimiento de nuevos modelos generativos que calculan matemáticas. Y esto hará que también cambiemos la forma en la que vamos a utilizarlos. En este punto, la escalabilidad es uno de los términos más importantes, al igual que el hecho de ofrecer la posibilidad de que los usuarios hablen con cualquier modelo”.
Y es que, según Bartolomé, la inteligencia artificial generativa va a representar un cambio de paradigma: “Va a transformar la forma en la que consumimos información, ya que la IA nos va a permitir explorarla de forma dinámica, con el ahorro de tiempo y coste que esto conlleva. La IA se va a convertir en un facilitador, que nos permita tomar mejores decisiones”. Y añadía: “La IA va a encargarse de las tareas administrativas, lo que va a favorecer que los equipos puedan ofrecer un trabajo de valor. La creatividad es lo que nos diferencia. Esa capacidad de innovar no la tiene la máquina”.
Tras esta disertación, el directivo de Capgemini se atrevía a dar unas pinceladas sobre las tendencias que van a marcar los próximos diez años: “Va a llegar la IA cuántica, de energía de fusión… Vamos a tener una IA que nos permita realizar la hipermodelización de todo, convirtiéndose en un punto estratégico en las compañías. El dato es el futuro”.
Mónica Valle recogía por última vez el testigo de esta jornada, y concluía esta “apasionante charla” con unas palabras inspiradoras que había producido la IA al preguntarle sobre su propia definición. Su respuesta no dejaba lugar a dudas de que estamos emprendiendo un viaje emocionante al futuro de la tecnología.