El Reino Unido vive una situación económica y financiera muy complicada. Tanto que desde la filial del Reino Unido del Banco Santander ya no ven con buenos ojos que se mantengan las inversiones en territorio británico. Al menos así lo ve Mike Regnier, el CEO de Santander UK, que en los últimos días ha desaconsejado a Ana Botín, CEO de Santander, que cese sus inversiones en las islas británicas.

Las razones parecen ser bastante claras. Desde la oficina de Regnier creen que el aumento de los impuestos y el incremento de la evasión fiscal están afectando la capacidad de generar beneficios de la sucursal británica de Santander en relación con otros mercados globales donde el banco tiene presencia.

Mike Regnier, que participó en una sesión del Comité del Tesoro de la Cámara de los Comunes, afirmó que «a pesar de haber sido un año bueno, el retorno que obtuvimos en Reino Unido no fue lo elevado que esperarían los accionistas de nuestra matriz».

Regnier, que no cree en la rentabilidad obtenida en el último curso, lanzó al aire un consejo hacia Botín que podría adoptar en los próximos meses: «Por ahora, vista la competitividad de Reino Unido, que los impuestos son más altos que en otros países y que somos un negocio británico que compite por la asignación de capital dentro del grupo; si yo fuera el banco, lo invertiría en otros sitios«.

En 2023, la rentabilidad global de Santander sobre el capital tangible (ROTE) alcanzó el 15.1%, lo que representa un aumento de 1.7 puntos en comparación con el año 2022. La meta establecida por el banco para el año 2025 es una tasa de entre el 15% y el 17%. En el Reino Unido, este indicador fue del 14.4% en 2023, en contraste con el 12% registrado en 2022.