La familia Guixà se refuerza como principal accionista de la metalúrgica La Farga, con más de un 80% –frente al 56% que tenía hasta ahora–, tras comprar diversas participaciones controladas por varias ramas de la familia Fisas, el otro gran accionista de la empresa, por una cantidad sin especificar.
Con este movimiento, según fuentes de la empresa consultadas por La Vanguardia, la familia Guixà busca “consolidar el accionariado, reforzar su estabilidad y asegurar la continuidad del negocio como empresa familiar”.
«Este cambio accionarial es un paso más que garantiza que La Farga continúe siendo una empresa sólida y orientada a la consecución del propósito que tenemos como empresa que respeta nuestro legado y asegura la viabilidad futura”, ha destacado Oriol Guixà, presidente del consejo, en una nota recogida por La Vanguardia.
1.300 millones de facturación en 2023
La compañía de origen catalán también ha avanzado las cifras provisionales correspondientes a 2023: la facturación de la empresa se situó en 1.300 millones de euros, un 13% menos en comparación al ejercicio anterior; y el resultado bruto de explotación prácticamente se duplicó, hasta los cuarenta millones, un incremento que la empresa atribuye a la aplicación de planes de eficiencia, al aumento de las ventas y a la maximización en la utilización de materiales reciclados.
La Farga es una empresa familiar con más de 215 años de historia especializada en el procesado y reciclado del cobre que fabrica y comercializa productos para los mercados eléctrico, automoción, ferroviario, construcción e instalaciones, de envases metálicos, de macizos y de conductores especiales.
Presente en más de treinta países mediante la venta de sus productos y de tecnología y con una plantilla cercana a los 400 empleados, La Farga sigue una estrategia corporativa que se vertebra en dos pilares: sostenibilidad e innovación.