Al ritmo actual, se calcula que se tardarán 300 años en acabar con el matrimonio infantil, 286 años en eliminar las leyes discriminatorias y 140 años en que las mujeres estén representadas por igual en el mercado laboral. Son datos de Naciones Unidas que indican que, a pesar de algunos logros importantes, más niñas escolarizadas y más leyes que fomentan la igualdad, los avances son demasiado lentos.

Siempre defiendo que la responsabilidad empresarial no solo se basa en contribuir al progreso económico de tus grupos de interés, sino también a la transformación de la sociedad, a reducir esas brechas de desigualdad que tienen un importante impacto en el progreso social y económico.

Esta responsabilidad de ayudar a mejorar el mundo forma parte de nuestros compromisos corporativos, y trabajamos también para lograr esa rentabilidad social dentro de nuestros planes estratégicos y de sostenibilidad.

En MAPFRE, año a año, hemos superado con éxito los objetivos para promover el talento femenino y elevar la presencia de mujeres en los puestos directivos.

De los 31.000 empleados de MAPFRE en el mundo, más de la mitad son mujeres y estamos cada vez más cerca de equilibrar también esos porcentajes en lo que se refiere a los puestos directivos. En el consejo de administración ya somos paritarios, además del presidente, hay siete consejeros y siete consejeras. Y el 42% de los puestos de mayor responsabilidad ya están siendo desempeñados por talento femenino. Cifras mejorables cada día, pero de mucho valor en sectores tradicionalmente masculinos como el nuestro.

El proceso es imparable porque es imprescindible contar con todo el talento disponible por lo que estamos aplicando una estrategia de aceleración de cierre de todo tipo de brechas heredadas y de promoción del talento femenino de manera global.

En Europa, en España, la legislación, la sensibilidad social, están alineadas con este compromiso, pero nosotros lo hacemos también en otros cuarenta países, donde estos temas no están igual de avanzados entre sus ciudadanos. MAPFRE es punta de lanza para acelerar el cambio social allí donde está.

De las tres palancas que pueden transformar el mundo, los compromisos ESG, nosotros apostamos especialmente por la “S” de Social, porque es donde más podemos ayudar a las personas. Y empresas comprometidas como MAPFRE tenemos en nuestro ADN invertir también en generar un dividendo social para ayudar a las personas con las que nos relacionamos. Desde 2010 contamos con Planes de Igualdad, y con una Política de Diversidad e Igualdad de Oportunidades que nos permiten avanzar y cumplir con nuestros compromisos, de mujeres en puestos de dirección, y eliminar la brecha salarial de género. Impulsamos también redes de liderazgo femenino en España, México, Estados Unidos, Brasil, Perú y Turquía para contribuir a la igualdad efectiva de mujeres y hombres; fomentamos encuentros internos de mujeres para identificar puntos clave que favorezcan su promoción profesional, y llevamos a cabo iniciativas para promover profesiones STEAM entre las niñas e intensificar la corresponsabilidad.

Destaco especialmente nuestra colaboración activa con Pacto Mundial de la ONU España, como aliado estratégico para desplegar nuestros compromisos. Y, en concreto, su impulso a través de la iniciativa Target Gender Equality, que es para nosotros, junto con los Principios de empoderamiento de las Mujeres de Naciones Unidas, es un buen referente para promover el liderazgo de las mujeres en el ámbito empresarial y económico y así conseguir la igualdad real.

Se han dado muchos pasos, pero es necesario seguir avanzando para acelerar el cierre de las desigualdades históricas que venimos arrastrando. Las mujeres representan la mitad de la población mundial y ningún país, y menos una empresa, puede permitirse renunciar a ese talento. Juntos hombres y mujeres somos más, y una sociedad más justa nos hace a todos mejores. 

Elena Sanz Isla, CEO de Mapfre Iberia.