Eres codicioso. Si una de las partes presiona demasiado o se vuelve agresivo, las relaciones entre los implicados se vuelven amargas. Se necesita un sólido sentido de auto-conciencia y humildad para resistir.
No entiendes el tipo de negociación que estás tratando. Hay dos tipos de negociaciones a las que los líderes se enfrentan con frecuencia. La primera es la que Myers describe como ‘la negociación de activos’. Un acto con ganadores y perdedores. Por ejemplo, la venta de un activo. El vendedor quiere maximizar el precio pagado y no le importan las consecuencias a largo plazo. Después de todo, una vez lleguen a un acuerdo no tendrán que volver a verse las caras. El segundo tipo de negociación consiste en una relación más estrecha. Las dos partes implicadas tienen que mantener una relación de trabajo después del proceso de negociación. En este caso, el enfoque es más sofisticado. Es importante recordar que los intangibles como la confianza, el respeto y la admiración tienen un enorme valor en los negocios y deben tenerse en cuenta en la estrategia de negociación.
Juegas con cosas que no puedes permitirte perder. Al jugar duro con la otra parte, siempre hay que reconocer que pueden alejarse. Esto puede ser complicado cuando se trata de relaciones estratégicas. Si una relación es verdaderamente fundamental para el éxito como empresa, hay que atenuar el deseo de ser agresivo o arriesgarse a perderlo todo.