En la década de los 50, un hombre de Brooklyn llamado Sol Goldman (Usher Selig Goldman de nacimiento) fundó una agencia inmobiliaria en Nueva York junto con un socio llamado Alex DiLorenzo Jr. El nombre que eligieron para dicha empresa fue Solil Management y pronto se convirtió en una entidad potente y multimillonaria. Diez años después de su fundación, Goldman y DiLorenzo Jr. compraron el famoso edificio Chrysler. La unión entre ambos empresario duró 25 años, hasta el fallecimiento de DiLorenzo Jr. en 1975. Poco después fallecería Goldman y su herencia quedó en manos de sus cuatro hijos: Allan, Diane, Amy y Jane Goldman.
Allan fue finalmente quien heredó la empresa, hasta su reciente fallecimiento en 2022. Desde entonces, la menor de los Goldman, Jane, ha sido quien ha dirigido Solil Management, con numerosas participaciones en propiedades importantes como el Hotel Península. Pero, desde que tomó el control, ha sido el objetivo de sus hermanos por destronarla. Principalmente, porque, según la demanda orquestada por Amy Goldman, su marido Cary Fowler y los tres hijos de su difunto hermano, ha monopolizado la empresa, ha devaluado sus acciones para su beneficio personal y ha tenido un comportamiento «esclavista» con sus trabajadores.
Según Amy Goldman, Jane habría comprado acciones de la empresa que poseían sus hermanos a bajo coste, permitiendo tener más poder sin pagar demasiado. Además, la acusación explica que Jane pasa la mayoría de su tiempo en vigilar a sus empleados a través de un sistema de videovigilancia, como si fuera un casino.
Ahora, Solil Management, que tiene un valor de 2.600 millones de dólares según la familia Goldman, han comenzado un proceso judicial importante. En dicha demanda, que consta de 134 páginas de acusaciones severas, se dice que «tal como lo veía Jane, ella era naturalmente la heredera, incluso si sus hermanas legalmente también tenían derecho a la herencia». No obstante, desde la parte demandante, creen que Amy es la heredera posterior a Allan y no Jane, a pesar de que ella fue directora ejecutiva de la empresa junto con su hermano y una empleada que llevaba bastantes años trabajando llamada Louise Little.
Solil Management ya no tiene en su poder el edificio Chrysler, que desde hace unas semanas se ha quedado sin dueño por la declaración en quiebra de René Benko, pero sigue teniendo en su aval más de 250 propiedades en Estados Unidos, incluidas algunas participaciones en el edificio World Trade Center. No obstante, a pesar de que la empresa siga siendo multimillonaria y tremendamente respetada en el país americano, se adentrarán en una aventura judicial que podría acabar con un final no tan feliz como el propio Sol Goldman desaría.