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Trump y la tecnología: una relación accidentada

Trump y la tecnología

Trump y las redes sociales

Es de sobra conocido que Twitter es la red social favorita de Donald Trump. Es un usuario extremadamente activo (a lo largo de 2017 envió más de 2000 tuits) y a través de ella expresa sus opiniones, muchas veces sin filtro de corrección política, ocasionando más de un dolor de cabeza entre sus asesores.

Sus mensajes tienen gran repercusión y son ampliamente debatidos; desde su ya famoso “Covfefe”, pasando por sus tuits sobre Corea del Norte y su líder, Kim Jong-Un, hasta sus acusaciones de “Fake News!” (bulos) a numerosos medios de comunicación, que han llegado hasta el punto de que el propio Trump acaba de “conceder” unos Premios Fake News a varios de ellos.

En Noviembre, otro episodio curioso dio bastante de qué hablar: un empleado de Twitter que estaba a punto de dejar la compañía desactivó la cuenta del Presidente durante varios minutos, causando bastante revuelo en la propia red social. Afortunadamente Trump se lo tomó con bastante humor.

Rusia y las elecciones

Ya incluso antes de tomar posesión del cargo, la propia elección de Donald Trump como Presidente de EEUU fue polémica y muy comentada. Numerosas son las sospechas de una posible injerencia rusa a través de “hackeos de datos privados y “bots” en redes sociales que supuestamente ayudó a encumbrarle hasta la presidencia. De hecho, la propia CIA realizó un informe en el que directamente acusa a Rusia de este hecho.

A mediados de año, una investigación llevada a cabo por un medio de comunicación afirma que el “hackeo” llegó incluso a comprometer registros y bases de datos con datos personales de hasta 15 millones de votantes.

La ciberseguridad en la administración Trump

Más allá del episodio ruso, 2017 ha sido un año muy activo en cuanto a ciberataques. Algunos, como el llamado ciberataque “Wannacry”, ocurrido a mediados de mayo, llegó a afectar a 150 países y miles de empresas, y Estados Unidos apuntó a Corea del Norte como principal responsable.

La administración Trump es consciente de la importancia que tiene la ciberseguridad como herramienta para garantizar la seguridad interna de su país, proteger a sus empresas y evitar injerencias externas ante asuntos de política nacional. No en vano, hace pocos meses nombró como nueva secretaria de Seguridad Nacional a Kirstjen Nielsen, una experta en ciberseguridad.

Sin embargo, no todos lo perciben así. Sus políticas han causado el descontento de una buena parte de sus asesores en ciberseguridad, que decidieron dimitir en verano. Además, en el plano internacional, hechos como la renuncia a cooperar con Rusia en materia de ciberseguridad han contribuído a que exista cierto recelo sobre tal compromiso.

Las peleas con Silicon Valley

Otro campo de batalla de la administración Trump durante su primer año ha sido la confrontación con una gran parte del tejido empresarial del sector tecnológico, abanderado por la región de Silicon Valley, sede de grandes empresas como Google, Apple o Facebook. Sus políticas relativas a la inmigración como la cancelación del programa DACA o el endurecimiento de la regulación que concede visados de trabajo temporal tipo H-1B pusieron a las grandes tecnológicas en pie de guerra. No ayudó tampoco la decisión que tomó la FCC (cuyo presidente fue nombrado por Trump) de acabar con la llamada “neutralidad de la red”, un hecho que puede acabar repercutiendo en otras partes del mundo.

No obstante, y curiosamente, la reforma fiscal que recientemente se ha llevado a cabo en Estados Unidos, beneficiará enormemente a estas mismas empresas. Ya hay incluso voces en el propio país argumentando que, a pesar de tanta disputa, la realidad es que las empresas del sector tecnológico están consiguiendo mucho más de lo que pensaban bajo la presidencia de Trump.

El futuro y las nuevas tecnologías

Su segundo año de mandato augura numerosos retos para Trump en el plano tecnológico. Será muy interesante ver cómo evoluciona su reciente propuesta de adoptar la tecnología blockchain en operaciones del gobierno, y si realmente llega a implantarse. En cuanto a los escollos con los que lidiar, los mayores muy posiblemente serán, por un lado, la negociación de un nuevo estatus para los trabajadores anteriormente amparados por el programa DACA, y por otro la lucha contra los ciberataques. En este último aspecto, la previsible expansión del llamado “Internet de las Cosas” (IoT por sus siglas en inglés), sin duda hará que la dimensión de estos ataques suponga un reto aún mayor.

Juan Pérez-Bedmar es Product Marketing Manager en Barbara IoT, empresa especializada en desarrollo de Software y Firmware seguro para dispositivos conectados (‘Internet of Things’).