Muchos dirían que el mundo necesita más empatía, cooperación y generosidad frente a los retos actuales y a medida que las cosas se han ido polarizando.

El conflicto, la descortesía y el desacuerdo parecen ir en aumento, pero es posible influir positivamente.

Investigaciones recientes han demostrado formas de mejorar la empatía y comportarse de manera más prosocial, contribuyendo a efectos beneficiosos para los demás e incluso para uno mismo.

Bueno para ti y para los demás

Los retos son reales en términos de reducción de la cooperación y la consideración. Según un estudio de la Universidad de Chicago, una gran mayoría de personas, el 74%, afirma que los comportamientos positivos y el civismo han disminuido. Y entre el 84% y el 87% de los encuestados afirman haber trabajado con un compañero o jefe tóxico, según datos de FlexJobs.

Por otra parte, cuando uno se comporta de forma prosocial –apoyando, compartiendo, cooperando o dando, por ejemplo– los efectos son muy gratificantes. Ayudas a los demás, pero también te ayudas a ti mismo.

De hecho, la generosidad está relacionada con una mayor felicidad, satisfacción, bienestar y mejores relaciones, según una encuesta realizada por The Ascent. Cuando la gente era más generosa:

  • El 81% tenía más sentido de la vida.
  • El 74% estaba más satisfecho con su vida.
  • El 70% estaba más satisfecho con su carrera profesional.
  • El 78% estaba más satisfecho con sus compañeros de trabajo.
  • Y tenían más amigos (3,2 amigos frente a los 2,6 amigos de los menos generosos).

Comportarse con empatía y enfoques prosociales merece la pena.

La empatía es buena para los demás, pero también para ti. (Foto: Getty)

Considera tu impacto

Una de las primeras cosas que puedes hacer para ser más empático y comportarte de forma prosocial, es tratar de entender cómo tu comportamiento impactará en otra persona. De hecho, según un estudio publicado en Psychological Bulletin, el 60% de las personas desean comprender los efectos de sus acciones.

En la investigación se preguntó a las personas si querían saber cómo repercutirían sus acciones en los demás. Los que optaron por no saberlo, lo hicieron para actuar de forma más egoísta. Pero la mayoría de la gente quería hacer lo correcto por los demás, basándose en estar plenamente informada de las consecuencias de sus decisiones. Esto estaba motivado en parte por la presión social y por cómo les verían los demás, pero también se basaba en su estima y en el deseo de verse a sí mismos de forma positiva.

Cuando tomes decisiones, piensa en cómo afectarán a los demás. Hacer lo correcto puede implicar invertir tiempo, dinero o esfuerzo, y cuando consideras las consecuencias de tus elecciones, tenderás a motivar un comportamiento más positivo y empático.

Piensa en pequeño –deja que la persona con menos artículos se adelante en la cola– o piensa en grande al comprar productos que afectan a personas o recursos, por ejemplo. Pero ten en cuenta las consecuencias de todas tus decisiones cotidianas.

Lee a otras personas

Otra forma de mejorar la empatía y la cooperación es centrarte en desarrollar tus habilidades para leer y responder a otras personas. En psicología, esto se conoce como Teoría de la Mente. Básicamente, es la capacidad de comprender y adoptar la perspectiva de otra persona. Es sintonizar intencionadamente con la otra persona, entender de dónde viene, formular hipótesis sobre sus intenciones e imaginar sus sentimientos.

Un estudio de la Universidad de Birmingham descubrió que cuando las personas tenían una mayor habilidad para leer a los demás, tenían más éxito a la hora de cooperar para completar tareas. La habilidad funcionaba con una persona hábil que cooperaba con otra, y tenía efectos positivos exponenciales cuando dos personas hábiles trabajaban juntas.

Presta atención a los demás, busca señales de sus emociones, imagina por lo que pueden estar pasando y adivina lo que quieren, para luego responder de forma constructiva. Conocidas como cognición social, estas habilidades pueden mejorar tus relaciones tanto profesionales como personales.

Imagina la angustia

Otra forma de potenciar tus comportamientos empáticos es centrarte en la angustia. De hecho, según una investigación publicada en la revista Emotion, cuando las personas eran capaces de imaginar más vívidamente el dolor, los retos o el sufrimiento de otra persona, eran más propensas a prestar ayuda y apoyo y más propensas a ofrecerse para resolver problemas.

Al imaginar luchas, no es necesario que tu mismo asumas el dolor –ya que esto podría erosionar tu propio bienestar y tu capacidad de ayudar–, pero puedes visualizar lo suficiente como para motivar yus propias contribuciones prosociales.

Haz preguntas y trata de aprender a qué se enfrenta la gente, y luego adopta su perspectiva y prueba con las emociones que deben estar sintiendo. Esto te ayudará a pasar a la acción.

Causa impacto

Es posible que el mundo necesite más empatía, cooperación y generosidad, y tú puedes tener una influencia significativa, incluso con pequeñas acciones. La principal forma de aprender es observando a los demás, escuchándolos y experimentándolos. En consecuencia, tu impacto es mayor de lo que crees, sólo por las decisiones que tomas y por cómo interactúas con los demás.