El gigante del entretenimiento Disney anunció la semana pasada que compraría la mayor parte de las acciones de 21st Century Fox, empresa presidida por Rupert Murdoch, por un total de $52,4 miles de millones. Esta compra tiene el objetivo de saciar la ambición de la experiencia streaming de Disney.

Como ya comentamos anteriormente, Disney adquirirá los estudios de cine y de televisión de Fox y también sus negocios de televisión por cable a nivel internacional. Es un movimiento bastante valiente teniendo en cuenta la gran organización que abarca la industria del entretenimiento, con competidores como Netflix y Amazon que han comenzado a tener éxito también en Hollywood en los últimos años.

En agosto, el presidente de Disney Robert Iger anunció que en 2019 Disney contaría con su propia plataforma en streaming para sus series y sus películas. El objetivo es disminuir el poder de Netflix. Por tanto, en 2019 Disney acabaría con los acuerdos de distribución de sus películas con Netflix, al menos con los nuevos lanzamientos, como Toy Story 4 y la secuela de Frozen.

Adquiriendo las herramientas de Fox, Disney se ve fortalecido y más atractivo en cuanto a contenido se refiere. Las franquicias blockbuster son las que más dinero generan estos días, en términos fílmicos. Disney tendría el control de tres servicios en streaming, ya que a día de hoy cuenta con 60% de las acciones de Hulu. Hulu se centraría incluso más en el público adulto, mientras el nuevo servicio de streaming de Disney tendría como target principal un contenido más familiar y ESPN seguiría centrándose en los deportes.

Disney estaría comprando un grupo de canales entre los que se incluyen National Geographic, más de 300 canales internacionales y 22 canales deportivos estadounidenses. En términos televisivos también estarían ganando mucho dinero ya que se harían con el control de los Simpsons , Modern Family y “This Is Us” uno de los últimos hits estadounidenses.

Netflix y Amazon se han hecho con el control de la distribución online, construyendo una base sólida de subscriptores, pero el contenido de calidad se está convirtiendo en algo difícil de encontrar y bastante costoso en términos económicos. Por ello, Disney puede convertirse en la peor pesadilla de ambas empresas.