Diez frases que alguien inteligente jamás diría en el trabajo

Hay ciertas frases que deberían estar prohibidas en un ambiente de trabajo. No se trata de decir a todo que sí, ni de pasar por el aro sea lo que sea lo que se te pida, pero a veces la imagen que das a tu jefe y a tus compañeros depende, simplemente, de utilizar unas palabras diferentes para decir lo mismo. Sé inteligente y exprime al máximo el poder del lenguaje, los matices y los sinónimos, para que tu manera de expresarte no juegue en tu contra. En esta fotogalería te damos algunas claves para lograrlo.

Diez frases que alguien inteligente jamás diría en el trabajo

1. “No es justo”
La vida no es justa: todo el mundo lo sabe. Por ello, decir simplemente que algún aspecto de tu trabajo no es justo puede hacerte parecer inmaduro. En lugar de ello trata de ceñirte a los hechos, dar explicaciones constructivas y fundamentadas y dejar tu interpretación fuera de juego. Por ejemplo: “he visto que habéis asignado a X el gran proyecto que yo esperaba llevar a cabo y me gustaría saber en qué se ha fundamentado esa decisión para poder mejorar de cara a la próxima vez”.

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2. “Así es como siempre se ha hecho”
La tecnología y, con ella, el mundo, avanzan tan rápido que una forma de proceder o un proyecto puede quedar atrasado en seis meses. Decir esta frase te hará parecer vago y reticente al cambio y la evolución, y además denota pasividad e incapacidad de adaptación, liderazgo y búsqueda de soluciones nuevas. Recuerda: siempre hay una forma mejor de hacer las cosas. No te acomodes.

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3. “No hay problema”
Cuando alguien te pide que hagas algo o te da las gracias y tú contestas “no hay problema”, implícitamente estás diciendo que su petición debería haber supuesto una molestia y te ha sido impuesta. En lugar de eso, haz saber al resto que te hace feliz realizar tu trabajo. Cambiar esa respuesta por un “ha sido un placer” o “me encantaría encargarme de eso” no cuesta mucho, pero lo cambia todo. No subestimes el poder del lenguaje.

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4. “Esto solo me llevará un minuto”
Cuando alguien dice esta frase da la impresión de que está subestimando el proyecto o tarea, que es poco perfeccionista y que solo se preocupa de terminar las cosas cuanto antes. A no ser que realmente solo vaya a costarte sesenta segundos, trata de omitir esta expresión. Puedes decir que no te llevará mucho tiempo, pero no un plazo que no vas a cumplir.

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5. “Puede que esto sea una pregunta/idea estúpida, pero…”
Comenzar una propuesta con esta introducción puede hacerte parecer humilde, pero también inseguro, lo que lejos de favorecerte minará tu credibilidad. No seas tu peor crítico, cree en tu valor y en tus ideas. Si no confías en ti mismo, nadie lo hará.

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6. “Lo intentaré”
El verbo “intentar” debe quedar fuera de tu vocabulario en el momento en que pongas el pie en la oficina. Al igual que la frase anterior, denota falta de confianza, ya que tú mismo dudas de tu capacidad para llevar a cabo el trabajo. Si se te pide algo que está fuera de tu alcance, tienes dos posibilidades: o dejarte la piel para lograrlo u ofrecer una alternativa. Pero nunca digas que lo intentarás, porque eso suena a que no vas a intentarlo lo suficiente.

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7. “Este compañero es un vago / un incompetente”
No hay excusa para criticar así a un compañero. Si lo que piensas es realmente cierto, no te preocupes: todo el mundo lo sabe, así que no hace falta que seas tú quien lo señale con el dedo porque puede perjudicarte. En todas las empresas y centros de trabajo hay empleados ineptos, pero si no está en tu mano ni ayudarle a mejorar ni despedirlo, no vas a ganar nada poniéndole verde: dará la impresión de que necesitas criticar a los demás para parecer mejor, y a nadie le gusta trabajar con personas así.

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8. “Esto no aparece en mi contrato de trabajo”
Normalmente esta frase se utiliza en tono sarcástico y en situaciones de gran tensión. Responder esto a una propuesta o petición de tu jefe te hará parecer un conformista sin ninguna intención de superarse, que solo quiere cumplir lo mínimo para recibir el sueldo a final de mes. Haz lo que se te pide y, si realmente te parece abusivo, pide una reunión con tu jefe para hablar de tu verdadero rol en la compañía.

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9. “No es mi culpa”
Sacudirse las culpas en el trabajo no suele ser una buena idea. Desde el momento en que has desempeñado un rol, por pequeño que sea, en un proyecto que no ha salido como se esperaba, responsabilízate. Cíñete a los hechos y deja que sea tu jefe quien saque las conclusiones de quién ha sido la culpa realmente. El trabajo en equipo es así: los éxitos son de todos, pero los fracasos también. No vale solo lo primero y esconder la cabeza cuando las cosas se tuercen.

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10. “No puedo hacerlo”
En el trabajo esta frase equivale a decir “no lo haré”. Si realmente sientes que no eres capaz de hacer algo porque no tienes la experiencia o conocimientos necesarios, ofrece una solución alternativa. En lugar de decir lo que no puedes hacer, deja claro lo que sí puedes conseguir. Por ejemplo, en lugar de decir “no puedo hacer estos números” prueba con un “todavía no sé hacer este tipo de análisis. ¿Crees que hay alguien que pueda enseñarme para poder hacerlo solo la próxima vez?”.

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