El hecho de que exista una cantidad mucho mayor de hombres que de mujeres en todas las industrias demuestra un problema cultural a gran escala. Esto no se debe simplemente a la mala política. La diversidad de los activos de una empresa es la clave para la innovación y la única manera de asegurar que tus productos van a resultar atractivos para el público.

Es la forma de crear una ambiente de enriquecimiento en el cual aprender, fomentar una cultura de respeto, y en el caso de la empresa, ayudarla a conseguir sus metas primarias: crear una cultura más inclusiva. También ayuda a que tu empresa sea más atractiva para los empleados potenciales. La diversidad ayuda a que el cliente responda al producto de forma más efectiva. Cuando el cliente acuda a tu empresa con un problema, obtendrá multitud de perspectivas y de experiencias.

La prueba viene a continuación. Un estudio de McKinsey ha mostrado que las compañías con una fuerza laboral más diversa tienen un 35% más de posibilidades de obtener más beneficios que las empresas en su mismo campo sin tanta diversidad.

La diversidad y la inclusión empiezan desde arriba. Para empezar, es algo inspirador. Las personas necesitan ejemplos a seguir, personas a las que mirar en los altos puestos de las organizaciones para sentirse representados y saber que hay espacio para ellos. Un buen ejemplo de esto es la campaña de los actores latinos en Estados Unidos.

Pero lograr la diversidad en el liderazgo no se limita a los ejemplos a seguir. También es necesario acabar con los prejuicios de raíz. Las personas tienden a contratar al similar, a la persona con la que se sienten identificada, y esto es un craso error y algo con lo que se debe acabar.

Por ello, apuesta por la diversidad en tu empresa, no te arrepentirás y además ha quedado demostrado que supone un beneficio para toda la compañía. No se puede permitir que siga ganando la intolerancia y lo establecido, es importante romper con las barreras y con los estereotipos y ayudar a que la sociedad avance.