Todo proceso de aprendizaje requiere de práctica. Y qué mejor manera de aprender de negocios que siendo partícipe de situaciones reales del día a día empresarial. Bajo esta premisa se asienta la formación de la Escuela Internacional de Negocios ESEI con un plan educativo basado en proyectos. Una metodología disruptiva y flexible, que adapta sus programas a las tendencias del mercado, y que prepara al alumno para resolver los desafíos que encontrará en el mundo laboral.

Para lograrlo, las nuevas tecnologías son un aliado en el aula. A partir de un reto planteado por una empresa sobre marketing, transformación digital, hábitos de consumo o storytelling, el alumnado crea sus propias soluciones. Toda una labor de consultoría en áreas estratégicas que se hace en equipo y que, como señala Carlota Estera, codirectora de la escuela, les aporta “mayor creatividad, pensamiento crítico o habilidades de comunicación”.

Además, la colaboración con las empresas es muy cercana con dos ferias de empleo al año, y visitas dentro y fuera del aula. Por este método de estudiantes-consultores han pasado compañías como Majestic Hotel, Decathlon, o N26.

Al frente de las aulas, con una media de entre 20 y 30 alumnos, el profesorado, con amplia experiencia docente y empresarial, supervisa el progreso de los equipos. Situada en el barrio barcelonés de Pedralbes, el trato personalizado de esta escuela familiar, fundada en 1989, le da también un aspecto diferencial, que permite estar muy cerca del alumno fomentando sus valores humanísticos. A ello se suma su carácter multicultural con estudiantes de más de 50 nacionalidades, lo que hace que “el alumnado pueda tener distintas perspectivas a la hora de aprender y desarrollarse”, explica su codirector Jordi Estera. ESEI apuesta así por la escuela del futuro.