Perder a uno de sus mejores empleados puede arruinar tus planes, pero es una parte inevitable de los negocios. Con la planificación y los procesos adecuados, no tendrás que paralizar la productividad de tu empresa.

Los líderes de estas organizaciones conocen a fondo los plan de acción y confían en ellos porque fueron imprescindibles para hacer su empresa exitosa.

Durante el período de transición, entre la partida de un empleado y la contratación y la incorporación de su reemplazo, se pondrán a prueba los procesos de la compañía. Este período puede resultar difícil para los equipos más pequeños que sienten el impacto mucho más cuando una persona se va. Un sistema sólido, sin embargo, hará la transición mucho más suave y llevadera.

Los procesos deben estar arraigados dentro de tu empresa como parte de la cultura empresarial. Tu objetivo es crear una “maquinaria” capaz de seguir funcionando cuando le falte una pieza.

Un empleado talentoso puede dejar un vacío en tu empresa cuando decide marcharse. La rapidez con que puede ser llenado este vacío depende de la calidad y rapidez de la comunicación del proceso al resto del equipo.

Por último, tu empresa debe tener una cultura que reconozca a los empleados que dejan un legado en la organización. Si una persona ayudó a mejorar tu empresa, continúa trabajando para llevar adelante ese legado y conseguir que otros continúen ese camino.