Antes, la gente trazaba su carrera profesional de forma muy lineal. Por ejemplo, supongamos que quieres ser abogado. Pensarías en ir a buenas facultades, conseguir un trabajo en un bufete importante y, al cabo de varios años, ascender a socio. Pero las cosas no siempre salen según lo planeado. Puede que te licencies en Derecho pero no apruebes el examen de acceso a la abogacía. O te incorporas a un bufete importante y te despiden al cabo de uno o dos años debido a la disminución de los beneficios y el aumento de los gastos. Incluso puede que te hagas abogado y al cabo de unos años descubras que no es lo que te apasiona. ¿Y entonces qué? Ahí es donde entran en juego las trayectorias profesionales no lineales.
Una trayectoria profesional no lineal es diferente a cambiar de trabajo. Ir de un puesto a otro implica pasar de un puesto a otro indiscriminadamente. A estas personas se las considera poco fiables. Las trayectorias profesionales no lineales son intencionadas. Puede que tu carrera no siga una línea recta, pero sigue habiendo algo de planificación.
A medida que empresarios y trabajadores se enfrentan a un mercado laboral en constante cambio, las trayectorias profesionales no lineales se están convirtiendo en la nueva normalidad. He aquí algunas razones.
La gente trabaja más tiempo
Según la Organización Mundial de la Salud, en 2030 una de cada seis personas tendrá sesenta años o más. Para 2050, se espera que esa cifra se duplique. Con personas que viven más tiempo, la carrera tradicional de cuarenta años se convertirá poco a poco en cosa del pasado. En su lugar, la carrera de sesenta años es mucho más probable. Pero para que las personas permanezcan en el mercado laboral durante tanto tiempo, tendrán que encontrar funciones satisfactorias para no agotarse. Muy pocas personas querrán permanecer en el mismo trabajo durante sesenta años. Por no hablar de que las necesidades y los intereses cambian con el tiempo. Esto significa que las trayectorias profesionales no lineales, que requieren un aprendizaje permanente y la mejora de las competencias, serán mucho más frecuentes.
Los valores y las prioridades han cambiado
No cabe duda de que los valores y las actitudes cambiaron durante la pandemia. En una encuesta de Gartner, el 65% de las personas coincidieron en que la pandemia modificó su actitud hacia la importancia de aspectos ajenos al trabajo, mientras que el 50% afirmó que cambiaron sus expectativas hacia su empleador. Aunque el salario es importante, los trabajadores buscan algo más que un sueldo. Cada vez más, las opciones de trabajo flexible y a distancia, el equilibrio entre la vida laboral y personal y las oportunidades de desarrollo profesional pasan a un primer plano. Cuando la gente piensa en su lugar de trabajo ideal, quiere sentirse valorada, en confianza e inspirada. Como resultado, las trayectorias profesionales no lineales que ofrecen este tipo de beneficios serán cada vez más comunes.
Las habilidades son el centro de atención
En los últimos años, las empresas se han mostrado más dispuestas a adoptar la contratación basada en habilidades, en la que tienen en cuenta a candidatos que no necesariamente tienen un título universitario o un mínimo de años de experiencia. Se está convirtiendo en una de las principales tendencias en el lugar de trabajo por varias razones. En primer lugar, a pesar de la difícil situación económica, las empresas luchan por atraer y retener a los mejores talentos. Un enfoque de la contratación basado en las habilidades amplía la reserva de talento, acelera el tiempo de contratación y reduce los costes de la misma. También es una buena manera de fomentar la diversidad, la equidad y la inclusión en el lugar de trabajo, rompiendo el «techo de papel» que impide que las personas sean tenidas en cuenta para puestos para los que están cualificadas. Esto significa que los candidatos no tradicionales y los autodidactas tendrán más oportunidades en el futuro.
El lugar de trabajo evoluciona rápidamente
Este es un momento difícil para el mercado laboral, en el que sectores enteros intentan cubrir las carencias de mano de obra. En la próxima década, el lugar de trabajo cambiará drásticamente y las empresas buscarán competencias que ni siquiera existen en la actualidad. Además, los empleados se sienten menos comprometidos y son menos leales a las empresas. Según Energage Research, los datos de encuestas realizadas a empleados de más de 4.000 empresas muestran que los niveles de compromiso de los empleados han caído más que durante la pandemia. La investigación también reveló niveles más bajos de lealtad cuando los empleados dejan su empresa por una nueva. Este cambio en la lealtad no es sorprendente, dado que el agotamiento y el estrés de los empleados están en máximos históricos. Además, el asombroso número de despidos y congelaciones de la contratación anunciados en los últimos meses ha erosionado la lealtad de los empleados. Todos estos elementos combinados contribuyen a que cada vez más trabajadores sigan trayectorias profesionales no lineales.
El empleo de por vida en un único puesto es cosa del pasado. Aunque algunos empresarios no ven con buenos ojos las carreras no lineales, esas actitudes están cambiando rápidamente. Las empresas quieren trabajadores flexibles que puedan adaptarse a situaciones laborales cambiantes. Haz del propósito y la pasión tu guía. Si aprovechas tus aptitudes transferibles y sales de tu zona de confort, podrás construir una carrera que te inspire y motive durante muchos años.