El presidente de SEAT, Wayne Griffiths, lo tiene claro, el futuro será eléctrico o no será. Así lo ha dejado claro este miércoles en la presentación de los resultados anuales de la marca en 2021. Un evento en el que el plato fuerte ha sido el anuncio de la construcción de una planta de fabricación de baterías eléctricas en Sagunto. La elección es fruto de un proceso de selección entre varias localizaciones españolas candidatas, que se ha tomado, según Griffiths, por motivos estratégicos. “Se trata de un emplazamiento con una buena conexión portuaria, facilidad logística y acceso a profesionales cualificados”, ha explicado el directivo, cuya intención es que se empiece a construir a finales de año, que esté operativa para 2026 y que dé trabajo a más de 3.000 personas.
Pero la factoría de Sagunto será solo una de las múltiples inversiones estratégicas que tiene pensadas SEAT de cara al futuro. Su intención es aprovechar los fondos PERTE (Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación) anunciados por el Gobierno para destinar más de 7.000 millones en su proceso de electrificación denominado Future Fast Forward, el plan de Volkswagen que pretende convertir a España en el epicentro europeo de la movilidad eléctrica. Una estrategia en la que también destaca la adaptación de las plantas de Pamplona y Martorell, a las que se destinarán buena parte de esos fondos, para que fabriquen modelos eléctricos. Sobre todo de cara a la llegada del nuevo Small BEV del grupo Volkswagen, un pequeño modelo eléctrico que nace con el objetivo de democratizar la movilidad eléctrica.
Empleo competitivo y sostenible
La parte delicada de este proceso de transformación de las plantas será su impacto en el empleo. La marca calcula que provocará un excedente de 2.800 trabajadores debido a los menores tiempos de producción que registran los modelos eléctricos. Pese a ello, Griffiths dice estar trabajando con los sindicatos para buscar maneras de “minimizar ese impacto mediante la creación de empleos más competitivos y sostenibles”. Además, su intención es transitar hacia un modelo de trabajo en sus factorías más flexible, que permita reducir el ritmo de producción en momentos de déficit de piezas como el actual y acelerarla cuando no haya problemas de suministro.
Pérdidas de 256 millones en 2021
En cuanto a los resultados de 2021, SEAT ha registrado unas pérdidas de 256 millones de euros debido, según Griffiths, a la “tormenta perfecta provocada por las secuelas de la pandemia y la escasez de microchips”. No obstante, entre SEAT y CUPRA han entregado un 10,3% más de vehículos, hasta las 471.000 unidades, lo que supone unas ventas de 9.614 millones de euros. Por países, Alemania fue el primer mercado de la compañía, con 104.100 vehículos vendidos, seguida de España, con 81.800 coches, un 11,5% más que el año anterior, y Reino Unido, con 50.700.
La explicación de estos resultados ha corrido a cargo de David Powels, vicepresidente ejecutivo de Finanzas del grupo, para quien la compañía “está viviendo un momento clave en su transformación”. Un proceso en el que, en su opinión, será vital “buscar sinergias dentro del grupo Volkswagen y activar todas las palancas de recuperación a nuestro alcance para que 2022 sea definitivamente el año de la vuelta a la rentabilidad”.
Crisis de los microchips
Por su parte, el presidente de SEAT reconoce que 2021 no fue el año de recuperación postpandémica que esperaban debido a la crisis de los semiconductores. Esto ha supuesto que, aunque los datos hayan mejorado con respecto a 2020, no se haya conseguido la ansiada vuelta a la rentabilidad. “Se han fabricado un 21% menos de coches, lo que ha producido cierta frustración en nuestros clientes debido al alargamiento de los plazos de entrega”, ha explicado Griffiths, quien ha reconocido además que, dadas la circunstancias, es difícil prever cuándo se estabilizará la situación, sobre todo en lo que respecta a la guerra de Ucrania. De momento, SEAT ha tenido que interrumpir la producción en Alemania del Seat Tarraco y uno de los modelos Cupra.
La sorpresa positiva la ha dado de nuevo CUPRA, la enseña creada en 2018 para apuntalar su estrategia en modelos deportivos, que ha triplicado sus ventas hasta los 80.000 vehículos vendidos y representa ya el 25% del negocio de SEAT. Destacan sobre todo su buque insignia, el CUPRA Formentor, y su primer modelo totalmente eléctrico, el CUPRA Born, que “ha ganado todas las comparativas en su segmento y ha sido galardonado hasta en 30 ocasiones”, ha explicado Griffiths. De hecho, el objetivo de la compañía es seguir aumentando la gama CUPRA con la llegada con un nuevo modelo de SUV híbrido autoenchufable, con autonomía de 100 kilómetros, que empezará a producirse en Hungría.