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Carl-Oscar Lawaczeck: «Los dirigibles serán el futuro de la aviación sostenible»

El piloto sueco es el fundador de OceanSky Cruises, la primera aerolínea de zepelines del siglo XXI y con la que pretende hacer historia aterrizando en el Polo Norte.

Es fácil imaginarse al sueco Carl-Oscar Lawaczeck (Estocolmo, 1978) tomando el sol en Estepona. De hecho, este piloto de aviación comercial de 43 años tiene casa en este municipio malagueño. Más chocante resulta que, con 18 años de experiencia y 6.000 horas de vuelo, reniegue de los aviones y sueñe con resucitar los dirigibles.

Aquellos colosos dominaron los cielos a comienzos del siglo XX, pero entraron en declive a partir de 1937, tras el accidente del Hindenburg que costó la vida a 35 pasajeros. El impacto mediático provocó que estos artefactos perdieran la batalla comercial frente los aviones trasatlánticos, más veloces pero más contaminantes. Parecía improbable, pero en pleno siglo XXI los dirigibles «serán el futuro de la aviación sostenible». Así lo cree Lawaczeck, fundador y CEO de OceanSky Cruises, la empresa sueca que quiere convertirse en la primera aerolínea de dirigibles comerciales.

Casi un siglo después de que el explorador Roald Amundsen sobrevolase el Polo Norte a bordo del dirigible Norge, sin llegar a aterrizar, OceanSky se ha propuesto tomar tierra en el «norte del norte» por primera vez en la historia. Este viaje único partirá desde Longyearbyen, en las islas noruegas de Svalbard, y durará 36 horas. Para realizarlo, el operador sueco está en negociaciones con varios fabricantes de dirigibles.

De momento, hay un preacuerdo de colaboración con la compañía británica Hybrid Air Vehicles (HAV), fabricante del Airlander 10, que con sus 92 metros de largo es la aeronave más grande del mundo. De su quilla colgará una góndola con capacidad para 16 pasajeros y siete tripulantes. «Está concebida como un yate de lujo en el cielo«, dice Carl-Oscar en las oficinas de Elefant Travel, la agencia de viajes a medida que diseñará y fletará el primer vuelo para españoles. Antes de comenzar la entrevista, nos propone recorrer la cabina de pasajeros a través de unas gafas de realidad virtual. ¡Alucinante!

Para los primeros viajeros que quieran realizar esta gesta épica, a partir de 2024, la aerolínea ha lanzado 100 billetes Pionner (Pionero) a un precio de 200.000 euros por cabina doble. Un pasaje que dará derecho a obtener acciones de la compañía.

Retrato del piloto, fundador y CEO de OceanSky Cruises, Carl-Oscar Lawaczeck por Jaime Partearroyo

Pregunta. Estudió Economía y Logística en la Universidad de Gotemburgo, pero acabó inscribiéndose en la única escuela de pilotos de Suecia. ¿Qué le hizo cambiar de rumbo?

Respuesta. Mi padre fue gestor de empresas de aviación de carga, y mi madre azafata de SAS (aerolíneas escandinavas) en los años 60. Yo he volado desde que tenía dos años, así que este mundillo me resultaba familiar. Tras acabar la universidad, me apunté a la escuela de pilotos y conseguí una de las 12 plazas que salen al año. Empecé a volar y todo fue bastante rodado.

P. ¿Qué ventajas tienen los nuevos dirigibles respecto a sus predecesores?

R. Los zepelines tipo Hindenburg usaban hidrógeno, que es inflamable, mientras que los modernos usan helio, que no lo es. En cuanto a los materiales de construcción, los actuales son mucho más ligeros y resistentes.

P. ¿Por qué quiere relanzar estos “cetáceos voladores” casi un siglo después?

R. Los dirigibles son el transporte más eficiente después de la teletransportación (Risas). Comparados con los aviones convencionales, son mucho más cómodos, su huella de carbono es hasta un 75% menor y no dependen de los aeropuertos para aterrizar.

P. ¿Cómo surge la idea de crear una aerolínea de dirigibles?

R. En los 90 empecé a interesarme por la tecnología LTA (Lighter Than Air, más ligero que el aire), que permite mover grandes aeronaves de un punto a otro por gas, y sin necesidad de grandes infraestructuras como los aeropuertos. Ya entonces me pareció que era algo muy innovador. En 2010, a este interés se unió uno nuevo por la sostenibilidad y la necesidad de buscar alternativas a los combustibles fósiles. Así fue como arrancó el proyecto OceanSky, cuyo objetivo es desarrollar una nueva era de la aviación sostenible a través de los dirigibles.

P. ¿Le mueve la conciencia ecológica o el negocio?

R. El calentamiento global es un problema muy grave, y lo que más me mueve es contribuir a solucionarlo. Que los dirigibles vuelvan a surcar los cielos no va a solucionar este problema, pero puede ayudar a solventarlo. El negocio será un resultado de esta acción.

P. OceanSky empezará a operar vuelos con el Airlander 10 de fabricación británica, ¿no?

R. Ahora mismo estamos hablando con las únicas cinco compañías capaces de entregar un dirigible. Lo que tenemos con Hybrid Air Vehicles (HAV), fabricante del Airlander 10, es un acuerdo de reserva para garantizar el primer aparato que salga al mercado. Ya han pasado la fase de diseño, han volado el prototipo y tras los ajustes necesarios están reconstruyendo el modelo final para obtener la licencia. En OceanSky tenemos un departamento de diseño que diseñará la góndola a medida, porque somos especialistas en turismo experiencial y lujo.

P. ¿En qué consistirá la primera expedición al Polo Norte?

R. El vuelo desde las islas Svalbard al Polo Norte geográfico saldrá al atardecer y durará 15 horas, pero creo que nadie va a dormir esa noche. Los 16 viajeros podrán saborear un exclusivo menú inspirado en el Ártico (contamos con el chef de la Casa Real danesa) y contemplar un paisaje de cuento de hadas a través de los grandes ventanales panorámicos. La cabina no está presurizada, lo que proporciona un ambiente tranquilo a bordo, sin turbulencias y con una velocidad de crucero lenta (90 km/h) y a baja altitud. Pero más allá de aterrizar en el Polo Norte, estaremos cambiando el mundo, porque esta es una misión con un propósito: queremos reintroducir un vehículo limpio en el cielo.

P. ¿Se considera un lunático o un visionario?

R. Me encanta que piensen que soy un lunático, pero creo que ya he superado esa fase (Risas). Al principio te consideran un lunático porque estás en un entorno donde no hay recursos suficientes y, por tanto, la gente cree que no podrás hacerlo. Una vez que tienes los medios ya empiezan a verte como un visionario. Y cuando por fin lo consigues, eres un genio.

P. ¿Qué le dicen sus colegas pilotos sobre su proyecto?

R. Muy pocos creen que los dirigibles serán el futuro de la aviación, pero ellos no saben lo que yo sé, porque yo soy un friki. Se necesita mucha valentía para ser fiel a tus convicciones. Lo que sí hemos demostrado es que existe un mercado, que hay demanda. El dirigible puede generar un negocio de 50 millones de dólares al año…

P. ¿Cuánto costará el pasaje al Polo Norte?

R. Hay tres categorías de billetes: el Inaugural (1.200.000 euros por cabina doble), para las 10 primeras personas que hagan ese primer viaje épico; el Pionero (200.000 € por cabina doble), para los primeros cien viajeros a partir del inaugural; y el Aventurero (90.000 € por cabina doble). De esta última categoría ya se han vendido el 40%, pero han dejado de comercializarse porque llevaban un gran descuento promocional. La novedad es que los titulares de los billetes Inaugural y Pionero tendrán derecho a adquirir acciones de la compañía.

P. ¿Cuál sería el perfil de los viajeros pioneros? ¿Qué inquietudes les moverán?

R. Habrá emprendedores, funcionarios de alto nivel, conservacionistas… Personas y empresas que quieran encontrar nuevas formas de generar cambios.

P. ¿A quiénes elegiría como compañeros de viaje?

R. Elon Musk, Greta Thunberg…, y a ser posible me llevaría a mi hija Edith. Ahora tiene un año y cuando esto arranque tendrá unos tres. Lo he pensado mucho. ¡La meteré de polizón a bordo!

P. ¿Cuánto falta para ver dirigibles surcando los cielos?

R. Calculo que unos 10 años. Una vez que aterricemos en el Polo Norte, la industria va a explotar. Va a haber más empresas que fabriquen dirigibles y más operadores que los compren.

P. ¿Crees que te harás millonario con este negocio?

R. Sin duda, porque gracias a OceanSky estaré contribuyendo a arreglar uno de los mayores del mundo, la contaminación. El día que esta compañía alcance su objetivo, que es tener muchos dirigibles y ser una aerolínea presente en todo el mundo, va a estar valorada en millones de dólares. Es un Tesla, un Apple… De momento tengo el 40% de las acciones.

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