El presidente del Bundesbank, Joachim Nagel, se ha sumado al coro de voces del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) favorable a una bajada de los tipos de interés en caso de que los datos entrantes y las perspectivas que se publicarán en junio respaldan la trayectoria en curso de desinflación.
«Si las perspectivas de inflación favorables de marzo se confirman en las previsiones de junio y los datos entrantes respaldan este panorama, podemos considerar un recorte de tipos», ha señalado el presidente del banco central de Alemania.
En cualquier caso, antes de recortar los tipos de interés, Nagel ha subrayado la necesidad de estar convencidos, en función de los datos, de que la inflación realmente alcanzará el objetivo de manera oportuna y sostenida, lo que depende en gran medida de la evolución de los salarios, la productividad y los márgenes de beneficio.
En su última previsión, los expertos esperan que el BCE alcance el objetivo del 2% a mediados de 2025, cuando la tasa de inflación en la zona euro fue del 2,4% en marzo. «La estabilidad de precios está a la vista. Ahora toca asegurar el último tramo de la ruta», ha afirmado.
Sin embargo, Nagel ha advertido de que las perspectivas de precios siguen siendo inciertas y el crecimiento de los salarios podría disminuir más lentamente o la productividad podría recuperarse con menos fuerza de lo esperado en el pronóstico.
El vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, asumía este martes como «hecho consumado» que la institución decida aliviar en junio la restricción de la política monetaria de la eurozona siempre que no haya sorpresas y la evolución de los datos siga el mismo sentido de las últimas semanas.
«Suponiendo que no haya sorpresas de aquí a entonces, como usted dice en francés, es un hecho consumado (‘fait accompli’)», apunta el exministro español de Economía en una entrevista con ‘Le Monde’.
Sin embargo, a pesar de «varias victorias importantes» en el camino hacia la desinflación, para el vicepresidente del BCE «la batalla no ha terminado», aunque subraya que todos los indicadores van en la dirección correcta y el final está a la vista, ya que las previsiones apuntan a que se logrará el objetivo del 2% en 2025.
No obstante, más allá de junio apuesta por la prudencia, debido al elevado grado de incertidumbre, y reitera que las futuras decisiones del BCE dependerán de cómo evolucionen los datos, de la situación geopolítica y del potencial impacto en los precios del petróleo, así como de la evolución de los salarios y la productividad, sin olvidar lo que está sucediendo en Estados Unidos, donde la inflación es más alta.