BigPrediData, un proyecto estratégico de consorcios de investigación empresarial nacional, desarrollará soluciones tecnológicas 4.0 para la predicción del rendimiento vitícola, la prevención del riesgo de sequía y otros daños, según informa en un comunicado.
En concreto, el consorcio público-privado que desarrolla este programa de I+D está compuesto por seis socios empresariales como son Viñedos del Río Tajo -líder y coordinador del proyecto-, perteneciente a González Byass, Bodega Matarromera, Bodegas Martín Códax, Dcoop, RawData y Afepasa.
También están presentes seis grupos de investigación: el Centro de Estudios e Investigación para la Gestión de Riesgos Agrarios y Medioambientales (Ceigram) de la Universidad Politécnica de Madrid, el Centro Nacional de Supercomputación (BSC), Ainia Centro Tecnológico, el Instituto Químico de Sarria de la Universitat Ramón LLul, la Universitat Rovira i Virgili (URV) y la Universidad Politécnica de Valencia (UPV).
Además, el proyecto cuenta con el apoyo institucional de cuatro asociaciones empresariales estrechamente vinculadas al sector vitivinícola español como son la Plataforma Tecnológica del Vino de España (PTV), la Plataforma FoodforLife (PT4FL), la Federación Española del Vino (FEV) y la Organización Interprofesional del Vino de España (Oive).
RawData es la plataforma tech especializada en el sector agrícola y orientada a la digitalización de actividades dadas en el sector primario como la gestión de recursos humanos, el cuaderno de campo digital agrícola, control de productividad, fidelización de proveedores, etc. En la actualidad, trabajan con más de 150 empresas líderes en España.
De esta forma, esta iniciativa cuenta con un presupuesto cercano a los cinco millones de euros, que están cofinanciados por la UE y el CDTI Innovación con fondos Feder.
A través de un enfoque multidisciplinar, se espera generar un conocimiento útil para el sector vitivinícola que permita predecir el comportamiento del cultivo de la vid ante diferentes coyunturas climáticas que inciden en el rendimiento de la cosecha, en la aparición de plagas y enfermedades parasitarias, así como en la disponibilidad hídrica o en la aparición de heladas.
De esta forma, se podrán ofrecer alternativas a los productores que garanticen la sostenibilidad y eficiencia de sus cultivos y, consecuentemente, su competitividad a largo plazo y en un contexto condicionado por el cambio climático y la incertidumbre económica.