Enclavada en la costa mediterránea de África, la ciudad española de Ceuta posee una personalidad única que la convierte en un destino inigualable. Cruzar a ella en un helicóptero de Hélity, desde Málaga o Algeciras, en solo treinta o siete minutos, es el inicio de una increíble aventura. Conocida como la ciudad de las cuatro culturas, ha cobijado a lo largo de los años múltiples civilizaciones que han dejado huella en su idiosincrasia.

No solo cultura. Ceuta es la combinación perfecta entre lujo y ocio gracias a su oferta de tiendas, hoteles, restaurantes y diversión nocturna. Un ejemplo es el de la joyería Chocrón, que ha abierto una exclusiva boutique de Rolex, que se suma a las de Madrid y la Costa del Sol.

EXOTISMO, ARQUITECTURA, HISTORIA, SUBMARINISMO, GASTRONOMÍA, SENDERISMO… CRUZAR A CEUTA ES TODA UNA AVENTURA PARA LOS CINCO SENTIDOS

La gastronomía ceutí, marcada por su cercanía al mar y la influencia local, es un gran reclamo turístico. En el restaurante Ítaca, las recetas fusionan tradición y vanguardia y, en Goichu, Hugo Ruiz hace arte con el atún rojo, trasladando esta oferta, bajo el nombre de Bugao, a ciudades como Madrid. Otro lugar emblemático es El Oasis, con una carta de sabores exóticos y magníficas vistas del Estrecho de Gibraltar. Para degustar buen marisco, nada mejor que el mesón Refectorio, ubicado en el poblado marinero.

El Grupo Oh Nice!, dedicado desde hace casi un siglo a la restauración, cuenta en la ciudad con el hotel boutique Oh Nice! Revellín, ubicado en un edificio del siglo XIX y Oh Nice! Ulises. La cadena está presente también en Madrid, y en la Costa del Sol, con el hotel Oh Nice! Caledonia.

Isla del primer lago del Parque Marítimo del Mediterráneo (© Rafael Báez).

Quienes busquen turismo de aventuras podrán practicar senderismo en la Sierra Bullones, con sus vistas panorámicas y un ecosistema sin igual o hacer submarinismo en fondos marinos, únicos en Europa, llenos de gorgonias y corales. El “Centro de Buceo Burbujas” ofrece inmersiones todo el año, ya que el enclave de Ceuta, con sus dos bahías y el Monte Hacho, sirve de refugio de los vientos del Estrecho. Como parte del turismo náutico, el puerto deportivo acoge la Regata de Sotogrande y la Regata Intercontinental Marbella-Ceuta.

Las instituciones ceutíes fomentan un turismo sostenible, motor de creación de empleos y desarrollo de la infraestructura local. El convenio firmado con el sector MICE o la incorporación de Ceuta en la OMT y la red DTI son algunas de las iniciativas acometidas. Gracias al Sistema Integral de Calidad Turística Española en Destinos, la ciudad ha obtenido certificaciones como la bandera azul y la “Q” de Calidad turística en sus playas.

Fotografía submarina en la Bahía Sur de Ceuta, zona de Las Preciadas (© David Bedia).

Recorrer la ciudad. Ceuta es una ciudad imprescindible por su sincretismo cultural con sus fortificaciones militares o edificios como la catedral de la Asunción, la iglesia de Santa María de África, patrona de la ciudad, la Sinagoga BeT -El, el templo hindú o la mezquita de Muley El Medhi. Pasear por el centro es la opción perfecta para conocer lugares como La Casa de los Dragones, de arquitectura ecléctica coronada en su tejado por cuatro dragones de bronce. Imprescindibles también son las Murallas Reales que rodean la Plaza de Armas y ofrecen una vista de la costa y del único Foso Navegable de Europa de agua salada, que podemos recorrer en barco o en kayak. Por último, la estatua de Hércules que se alza en la Plaza de la Constitución, sobre el antiguo puente de la Almina, donde descubrir el Edificio Trujillo, el Mercado Central y el monumento a la Constitución.

Ni siquiera César Manrique pudo resistirse a esta ciudad y diseñó el Parque Marítimo del Mediterráneo con tres lagos de agua salada rodeados por un jardín botánico. En su interior encontramos una oferta de restauración que va desde la comida rápida hasta la más típica.

No podemos irnos de Ceuta sin visitar el Mirador de Isabel II y la cueva de Benzú, desde donde contemplar el monte de Yebel Musa o “Montaña de la Mujer Muerta” y el Mirador de San Antonio, en el Monte Hacho. Este templo del S. XVIII ofrece una espectacular panorámica de la ciudad y del Estrecho de Gibraltar. Anímense, con una visita de al menos dos días, podrán descubrir esta joya escondida en el Mediterráneo.